Opinión Nacional

Guillén y Maduro, ¿quién habló peor?

Oswaldo Guillén metió la pata, colocó en una misma oración Fidel Castro y la palabra «love», y aunque la traducción haya sido mala, quería contar un chiste, cayó en una trampa o simplemente su intención no era declararle su «amor» a tan nefasto personaje, el decirlo siendo manager de los Marlins de Miami fue razón suficiente para que se levantaran bastantes problemas.

Rápidamente una minoría de la numerosa comunidad cubana en Miami atacó fuertemente a Guillén, pidiendo su destitución y un ejemplar castigo (creo que hasta la hoguera solicitaron algunos), practicando por cierto, la misma intolerancia y violencia que le criticamos a los Castro y su combo.

¿Qué fue una brutalidad?, muy cierto, ¿qué Guillén debía explicarse un poco más?, seguro, ¿hay que boicotearlo y botarlo de su trabajo por eso? NUNCA, entonces ¿dónde queda la libertad de expresión?, ¿por qué no podemos respetar su manera de pensar? Para nada estoy de acuerdo con lo que dijo Oswaldo, pero no puedo pensar que está bien su suspensión ni mucho menos los ataques desmedidos en su contra. Con esto quedó demostrado que la intolerancia es común en ambos lados de la ecuación.

Días después nuestro canciller (esa persona que se encarga de manejar nuestras relaciones con los países de todo el mundo) en un mitin de una cuadra (por la cantidad de personas que acudió al acto) atacó al candidato de oposición llamándolo «homosexual». Si Maduro descalifica de esa forma a un adversario político, se puede concluir:

1°- ese personaje se ha declarado abiertamente homofóbico;

2°- que para él ser gay es un descalificativo, una enfermedad, algo que te hace inferior y proclive a insultos;

3°- en el chavismo no hay ni puede haber ningún gay; y

4°- a la revolución no le gustan. A propósito de ser homofóbico, es bueno recordar que en 1996 se publicó en el «Journal of Abnormal Psychology» un trabajo titulado: ¿Está la homofobia asociada a la excitación sexual homosexual?

Por otra parte sería bueno recordar que en el año 2009 el actor amigo de la revolución Sean Penn se ganó el Oscar interpretando a un personaje homosexual en la película Milk, basada en la vida de Harvey Mil quien fue concejal de distrito de San Francisco, Estados Unidos (un férreo defensor y activista de los derechos civiles de los homosexuales), ¿Qué pensará Sean de los insultos del camarada Maduro?

Guillén es bocón, metió la pata y se disculpó (lo humillaron en mi opinión), pero sus logros deportivos son (y estoy seguro que seguirán siendo) un orgullo para el país, así que para mí habrá que pasar la página y listo. Mientras que las actuaciones de Maduro son…

 

 

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