Opinión Nacional

¿Hasta cuándo?

¿Hasta cuándo vamos a aguantar que nos descalifiquen? ¿Hasta cúando vamos a aceptar que cualquiera de esos chavistas pretendan ser, junto con su jefe, los dueños de la verdad? ¿Hasta cuándo les vamos a permitir que nos insulten y nos acoquinen con el peso de un poder que no tienen derecho a ejercer? ¿Hasta cuándo nos vamos a dejar golpear, acallar y empujar? Digo yo ¿Hasta cuándo vamos a permitir que un Miquilena, que sabemos formó parte del Pacto de Punto Fijo, que fue cabillero y agitador de oficio, aparte de otras gracias que supuestamente está cometiendo en la actualidad, sea llamado Don (que le queda grande) y pretenda hablar y dictaminar de moral, cuando no tiene ni la más «peregrina» idea de lo que eso significa y preside un «Congresillo» ilegítimo que nadie eligió, llevando a cabo actos que nadie le autorizó? ¿Hasta cuándo la «ética» de un personaje que no cumplió el juramento respetar la Constitución y las leyes, violando su promesa de soldado; pero peor aún, violó el famoso juramento del Samán de Güere y todas las promesas hechas al pueblo en su campaña electoral, entre ellas la de renunciar al año de su mandato si había un solo niño en la calle para el 2 de febrero de 2000? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos conviertan en apátridas en nuestro propio país? ¿Hasta cuándo aguantar que Chávez ofrezca nuestros recursos a países no democráticos, evidentemente arruinados y sin nada que aportar, como si lo hiciese representándonos, cuando ni siquiera estamos de acuerdo con eso, ni se ocupa de los problemas de nuestros pobres y marginados? ¿Hasta cuándo compramos bicicletas cubanas con tecnología de hace 30 años, Kits de exámenes de Sida y hepatitis sin certificaciones de salud y regalamos nuestro dinero para financiar la obsoleta refinería cubana de Cienfuegos? ¿Hasta cuándo permitiremos que la ineficiencia, la anarquía y el desorden acaben con nuestro país? ¿Hasta cuándo aceptamos sin chistar siquiera las mentiras de Chávez en sus interminables «cadenas perpetuas»?¿Hasta cuándo permitimos que nos lleven como corderos al matadero a una elecciones que sabemos están teñidas de fraude y que son una trampa para engañabobos dentro y fuera del país? ¿Hasta cuándo los desmanes, los actos de corrupción sin respuesta, un Tribunal Supremo que parece un acto de marionetas en un parque cualquiera? ¿Hasta cuándo violaciones a la constitución que para ellos no rige pero para nosotros sí? ¿Hasta cúando insultos a los medios que se atreven a decir algo que no coincida con lo que el régimen quiere o simplemente a disentir o criticar?

Yo me alegro y doy gracias a Dios de que la Iglesia Católica, en un acto de valor, haya tomado posición ante los desmanes que están ocurriendo, ante la falta de moral en la que se sumerge más y más el país y, sobre todo, ante la perenne incitación al odio y a la violencia que propician Chávez y sus secuaces, que viola el más grande mandamiento que nos dio el humilde, pero grande, Jesús de Nazareth, Hijo de Dios: «un nuevo mandamiento os doy, y es: Que os ameis unos a otros; y que del modo que yo os he amado a vosotros, así también os ameis recíprocamente» (San Juan, Cap 13, versículo 34). Y creo que la Iglesia está reaccionando tarde. Yo lo hubiese hecho antes, ya que usaron a Jesús en sus perennes campañas electorales, mienten y juran en vano a cada rato.

También me alegro que exista gente que, como Rhona Ottolina, hija de nuestro querido y nunca olvidado Renny, tiene el valor de jugarse la vida por un principio: la justicia, sin la cual no tenemos nada.

Así como me alegro de que, cada día más, estemos despertando personas ante las evidencias y amenazas de injusticia, segregación y abuso de este tan mentado «cambio», «proyecto político» o «revolución pacifíca», que no es ninguna de las tres cosas, sino una simple usurpación del poder por el poder mismo y los beneficios que éste conlleva. Que no ACTÚA a favor de una Venezuela mejor, sino todo lo contrario, de una Venezuela paria e involucionada a quién sabe qué siglo anterior (XIX, XVIII o XVII), sojuzgada por un tirano ineficiente y mandón.

¡Mi solidaridad es con Venezuela, el país que amo y con los que en ella vivimos y vamos a quedarnos aquí!

Reaccionemos y actuemos para sacar al actual régimen del poder. Estoy segura de que sucederá más temprano que tarde. Y ojalá que sea con el voto.

A Chávez y sus secuaces ¡Prepárense para rendir cuentas! Con la gente no se juega.

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