Inflación desmaquillada
La última noticia con la que despedimos el año 2013 nos obliga a dedicar las líneas de hoy a este fenómeno: ¡la inflación también ha pasado a engrosar la larga lista de sometidos a intervenciones estéticas en Venezuela!
Estuvo 20 días desaparecida violando abiertamente las reglas que rigen al Banco Central de Venezuela y que indican que debe presentarse los primeros diez días de cada mes; y luego nos la muestran, con muchos retoques, en una parca nota de prensa y sin mayor detalle, una cifra que no luce del todo convincente, y mucho menos satisfactoria. El resultado final luego de maquillaje e intentos de embellecimiento fue un 2013 con una cifra de inflación galopante, indudable para los bolsillos de todos; y un Banco Central de Venezuela agonizante, con una transparencia en tela de juicio.
¿Qué ganan los directivos del Banco Central de Venezuela con medias verdades? ¿Acaso una cifra cambia la realidad del pueblo? Solo pierde el Banco Central de Venezuela y su casi extinta credibilidad cuando nos pretende ocultar el secreto a voces que vivimos los venezolanos cada vez que vamos a comprar cualquier cosa. Claro, los populistas pensaron que en noviembre cuando bajaron los precios de algunos productos todo se iba a resolver, pero la verdad es que cada vez que vamos al mercado la cantidad de dinero que usamos en el mercado anterior, es insuficiente para comprar lo que necesitamos. Esa matemática no falla. Satisfacer al poder no ocultará lo que todos sabemos.
Los informes
Hay quienes tienen muchos años sin sufrir las peripecias a las que nos sometemos al ir al mercado, por ello creen que presionando al BCV todo se resuelve. Nada más contrario a la realidad. Ahora, corresponde al Banco Central entregar los informes que nos adeuda desde hace más de un año y que nos permitirán conocer el verdadero estado de nuestra economía.
Hay que mirarse en el espejo de los países amigos de este Gobierno que destrozaron la metodología para conocer el verdadero estado de su economía y ahora trabajan de la mano del Fondo Monetario Internacional (FMI) para intentar enderezar el entuerto. Hay que tener mucho cuidado en no caer en esas tentaciones solo para satisfacer al poder. Repetimos lo que hace algunos domingos afirmábamos por aquí: se trata de incentivar la producción y de darle valor a la fuerza del trabajo. Con producción y empleo se pueden aminorar los desequilibrios económicos a los que nos han sometido. Recordemos, es la producción estúpido, no los controles ni el asedio al aparato productivo.
