Irresponsabilidad antipatriotica
Hubiera querido dedicar estas líneas a reflexionar sobre la Semana Santa, la Fe del ciudadano común en unos cuantos valores fundamentales o sobre el deterioro creciente de instituciones que, como la familia, la educación y la administración de justicia son fundamentales para el desarrollo democrático de cualquier sociedad. Lamentablemente la conflictividad estimulada desde el gobierno y los problemas generados por su incapacidad para medir las consecuencias, sobre todo por parte del Presidente, de cuanto dice y hace, nos obligan a tocar nuevamente el tema de las relaciones colombo-venezolanas.
Desde hace años y especialmente en los últimos meses, hemos denunciado la presencia en Venezuela de la narcoguerrilla colombiana, la aparición en determinadas zonas fronterizas de componentes venezolanos irregulares que responden directamente al señor Hugo Chávez, la frenética carrera armamentista en las ciudades más importantes de los llamados círculos bolivarianos, que no son otra cosa que bandas mercenarias para agredir, intimidar y eventualmente liquidar al adversario reduciendo, en todo caso, el espacio para el ejercicio de la libertad de expresión y de movimiento. Y, como si fuera poco, ahora se anuncia la constitución en nuestro territorio de las Autodefensas Unidas por Venezuela –AUV-, equivalentes al paramilitarismo colombiano encabezadas por un tal comandante Antonio quien ha puesto a circular un video en el que anuncia los propósitos y naturaleza de una guerra extendida a Venezuela por las complicidades chavecistas con la narcoguerrilla del vecino país. La semana pasada hubo graves enfrentamientos entre las fuerzas militares de Colombia y las FARC sobre la frontera venezolana. Muy cerca de Tibú y Tres Bocas (Venezuela), en el Departamento Norte de Santander y a pocos kilómetros de Casigua y de El Guayabo en el Zulia. Tanto el jefe militar del Norte de Santander, Bucaramanga y Cúcuta, general Martín Carreño, como el comandante de la fuerza aérea de Colombia, general Héctor Fabio Velasco, afirman tener pruebas y evidencias múltiples de la presencia subversiva en Zulia y Táchira, sistemáticamente negada por los ministros de defensa y relaciones interiores de Venezuela, José V. Rangel y Ramón Rodríguez Chacín. Denuncian que el último ataque, con varias decenas de muertos, fue producto del enfrentamiento con guerrilleros que ingresaron a Colombia desde nuestro territorio y luego, al verse derrotados y acosados por el ejercito se replegaron nuevamente en territorio venezolano impidiendo la persecución de unos 150 efectivos en retirada. Esto es gravísimo y alarmantes las declaraciones de los ministros venezolanos al atribuirle “mala intención” a los oficiales colombianos que cumplen con su deber. Lo planteado por ellos es lo mismo que plantean todas las semanas los productores agropecuarios de la Venezuela fronteriza. El silencio del alto mando militar venezolano es demasiado elocuente. Este gobierno está con el enemigo.
