La automatización de los procesos electorales en Venezuela

La automatización electoral en Venezuela, contrario al discurso oficial, tiene sus inicios  hace más de treinta años, en la década de los 70 cuando a través de la Ley Orgánica del Sufragio promulgada ese mismo año, se establece la automatización del proceso de votación. De esta manera, comienza en nuestro país un proceso gradual para la automatización de nuestros procesos electorales, que iría fortaleciéndose con el pasar de los años a través de distintas leyes así como también de la experiencia obtenida en la aplicación de las mismas. A pesar de que el proceso de votación automatizado no pudo llevarse a cabo en ese momento debido a problemas legales y técnicos que se presentaron con la empresa extranjera encargada de ejecutar el proceso, constituye un esfuerzo y un precedente sobre la legislación en  esta materia.

Más tarde, en las elecciones regionales de 1992, se vota de manera automatizada en siete municipios como son: Chacao, Baruta, Sucre, Heres, José Félix Ribas, San Carlos y Cabimas, esto a través de una boleta electoral especial para ser procesada por una máquina escrutadora, esta fue adaptada al mismo diseño de la boleta única fraccionable de 1973 teniendo un impacto mínimo en el elector, la única modificación la constituía el ovalo donde el elector debía marcar  para ser procesada por la máquina escrutadora. En este proceso electoral se originaron algunos problemas ya que, al elector no estar familiarizado con los óvalos en la boleta, ni la utilidad que estos constituían para el acto de votación, en muchos casos el marcaje de la misma fue hecha donde no se debía originando inconvenientes al momento del escrutinio.

Para 1993 según Jesús Castellanos la automatización de los procesos de totalización y adjudicación a nivel regional era de 74%, así mismo se automatiza el escrutinio en varios Estados y Municipios y se crean los centros de inscripción y actualización automatizados. Vale la pena destacar que en el mes de Mayo de ese mismo año se hacen las repeticiones parciales de las elecciones en los Estados Sucre y Barinas, esto de manera automatizada y bajo la modalidad llave en mano, que consiste en que la empresa suministradora de los equipos tiene toda la responsabilidad del proceso. Para el año 1995 el porcentaje de totalización y adjudicación automatizado en las elecciones regionales es del 100%.

Actualmente el proceso de totalización automatizado se efectúa a través del Sistema de Totalización Automatizado aprobado por el CNE, este comprende la sumatoria de los votos registrados en todas las actas de escrutinio.

El nuevo milenio trajo consigo innovaciones en materia de automatización de los procesos electorales. Para las elecciones de referéndum revocatorio del año 2004, el acto de votación se hace por primera vez de manera automatizada (un 97% de los electores ejercieron su voto de esta manera), a través de máquinas sensibles al tacto o touch screen con pantalla de cristal líquido a colores (SAS 3000) la cual graba y almacena el voto en su memoria interna de manera aleatoria y encriptada, y envía los resultados de forma electrónica al centro de totalización. Este mismo año, se automatizan las postulaciones a través del Sistema Automatizado de Postulaciones, en donde  la persona autorizada para postular por el partido o candidato, se le otorga una clave para que haga el proceso a través de internet a nivel nacional.

Para el año 2008, se crea el Sistema Automatizado de Rendición de Cuentas, en el que todas las transacciones que se hagan relativas a la campaña electoral, deberán ser informadas a través de este sistema; también en 2008 se crea el Registro de Información Financiera electoral, donde a través de una planilla electrónica contenida en el sitio web del CNE, el usuario carga la información que le permite crear usuario y contraseña para continuar con la inscripción; este Sistema Automatizado emitirá al usuario una planilla de solicitud de inscripción, que debe ser presentada al momento de consignar los libros o cuadernos contables. La automatización de estos procesos, puede ser beneficiosa no solamente para agilizar trámites  sino para dar mayor transparencia a la información sobre el buen uso de estos recursos. Así mismo se crea el Sistema Automatizado de Fiscalización que viene a ser una suerte de enlace entre el proceso de fiscalización electoral y la Comisión de Participación Política y Financiamiento; en este sistema están contenidos los informes  de cumplimiento de las normas de publicidad y propaganda, denuncias, entre otros.

En la actualidad, en el año 2009, los venezolanos observamos el procedimiento de automatización de los procesos electorales como parte de nuestra cultura política, con los años se han ido superando las adversidades y se han llegado a acuerdos que se traducen en una mayor confiabilidad para el elector; no olvidemos que en Venezuela, transitamos por el camino de la automatización desde la década de los 70 a través de la Ley Orgánica del Sufragio, y paulatinamente con el paso de los años, hemos incorporado las nuevas tecnologías y se han ido aplicando a nuestros procesos, así como también se han incorporado a nuestras leyes articulados que refieren expresamente la utilización de procesos automatizados  para llevar a cabo nuestras elecciones; esto a través de las reformas parciales que se le han hecho con el correr de los años a la Ley Orgánica del Sufragio y posteriormente con la aparición de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política así como también con la Ley Orgánica del Poder Electoral. Es un proceso de evolución gradual, que en muchas oportunidades ha causado cierta antipatía por parte de la opinión pública, sin embargo nuestro país debe adaptarse a las nuevas tecnologías e implementarlas, sin dejar de tener en cuenta las observaciones que se puedan realizar por parte de la organizaciones pertinentes, a fin de realizar las mejoras que se necesiten para generar mayor confianza en el electorado.

La automatización de los procesos electorales es una necesidad imperativa que debe ser parte de nuestra democracia, y es nuestro deber como ciudadanos familiarizarnos con las nuevas tecnologías, esto sin dejar de lado algunas objeciones constructivas que tengamos que plantear como sociedad civil, para asegurar la transparencia y confiabilidad en nuestras elecciones.