La ciudad que no conocemos
La incompetencia del Gobierno es tan evidente que Chávez ha tenido que recurrir al viejo truco de la guerra con Colombia para que sus seguidores no se percaten de la crisis por la que la ciudad está pasando. Su discurso del domingo lo único que hace es reforzar la idea -esa medio loca- en donde él no sabe qué ocurre y la responsabilidad es de los otros, ese regaño a ministros y alcaldes, ese llamado de atención, lo que intenta es subir su mermada popularidad.
Así, mientras todos comentamos el problema con Colombia y decimos que los hermanos vecinos son unos imperialistas, el Gobierno intenta a la carrera parapetear el coroto para que los ciudadanos sintamos -sólo en ilusión- que el problema del agua, de la luz, de la basura, del tráfico, son sólo detallitos que los responsables están a punto de reparar.
Ahora bien, los amigos que apoyan al Gobierno y que de verdad creen que este ha sido el tiempo de la inclusión, de la eficiencia y eficacia en el manejo de los recursos del Estado; los amigos que aún pueden creer en un Jorge Rodríguez, en un Diosdado Cabello; aquellos que creen además que los errores que se comenten en este régimen no son de Chávez sino de todos los que tienen 10 largos años acompañándolo y supuestamente engañándolo; esos amigos que con mucho orgullo levantan la cabeza y con mirada fija te dicen «yo soy chavista», ellos -imagino yo-, no deben sufrir la inseguridad constante que existe en la ciudad; a ellos le debe llegar el agua todos los días, a ellos no se les va la luz en ningún momento, deben tener una forma de trasladarse por las libres calles escondidas de Caracas y salvarse de la colas; tener un salario cercano al de los diputados y por ende no tener problemas en estirar el dinerito de la quincena porque no llegas a la otra. Ellos deben vivir en una Caracas donde ya funciona el tan anunciado MetroCable y donde el BusCaracas es la última maravilla en transporte público.
Mi invitación es a que los amigos que aún creen en la palabrería del Gobierno nos digan a casi más de la mitad de la población cómo hacer para mudarnos a esa otra ciudad que nosotros no hemos podido conocer, porque mientras nosotros padecemos a Caracas, desde Diosdado para abajo lo que hacen es deteriorarla más de lo que ya está.
