Opinión Nacional

La corrupción militar

En 1904, luego de la derrota de la última revolución de montoneras
venezolana, la «Revolución Libertadora», se creó el Ejército Nacional y se
eliminaron los ejércitos regionales y particulares. En realidad, se creó
entonces el partido militar, cuyo objetivo era garantizar la fuerza de la
tiranía de Cipriano castro, tal como lo fue, a partir de 1913, garantizar
la estabilidad y la fuerza de la tiranía de Juan Vicente Gómez.

Eso funcionó hasta 1945, cuando adquirieron fuerza y presencia los partidos
civiles, especialmente Acción Democrática y COPEI, como contrapartida del
partido militar, que pareció desaparecer como fuerza política en 1963, a
raíz del alzamiento de los militares de extrema izquierda (Carúpano,
Puerto Cabello), con lo cual el partido militar se convirtió en fuerza de
apoyo de los partidos civiles.

Pero en 1998 Venezuela sufrió una de las peores regresiones que ha padecido
país alguno en el mundo, cuando el partido militar volvió por sus fueros
dirigido por un teniente-coronel corrupto, deshonesto, golpista y demagogo,
y con él se impuso una casta militar también corrupta, que terminó por
apartar del camino a los militares más o menos honestos que existían
entonces.

La corrupción militar no es nada nuevo. Entre 1830 y 1904, cuando la
política era sinónimo de guerra civil abierta o disimulada, los «militares»
de entonces no sólo robaban ganado y gallinas, sino extorsionaban a la
población civil y, llegados al poder, se enriquecían mediante el uso
abierto de métodos de corrupción. A partir de 1904, siguieron haciéndolo,
siguieron robando en mayor o menor grado, a veces con plena complicidad de
los civiles, que así los mantenían tranquilos, con su bozal de arepa. Y a
partir de 1998 esa corrupción militar se convirtió en uno de los
espectáculos más obscenos que ha tenido que sufrir la población del país.

He sabido de una gran empresa formada por militares activos y retirados,
directamente presentes o presentes por medio de testaferros, por la que
pasa buena parte de los „negocios‰ del gobierno. Subcontrata a civiles que
son los que hacen el trabajo verdadero, y se lleva la parte del león. Pero
la corrupción militar no se limita al peculado, todo lo que hemos sabido de
abusos de poder, de crímenes contra los derechos humanos, etcétera,
cometidos por militares, es también corrupción.

La causa principal del atraso, de la pobreza, del subdesarrollo de
Venezuela, es la existencia de fuerzas armadas. Eso ha sido así desde
1830, y el propio Simón Bolívar lo anunció y lo denunció. No sólo por la
corrupción, sino por el inmenso desperdicio de recursos que ha significado
la existencia de un ejército que no protege al país, sino que lo esquilma.

Eso lo negarán los militares y sus parientes, que son los principales
beneficiarios de ese cáncer, pero lo niegan de mala fe, de la boca hacia
fuera, porque saben que es un hecho innegable.

Yo sé muy bien cómo se combate el cáncer: hace poco más de un año me
hicieron una operación de cirugía mayor para extirparme uno, y después he
tenido que seguir tratamientos de quimioterapia y radioterapia y todo tipo
de controles médicos. De manera que no hablo por hablar, sino que sé muy
bien que no basta con salir del gobierno corrupto y antipopular que padece
el país, sino que hay que aplicar cirugía mayor y extirpar las fuerzas
armadas, y después aplicar quimioterapia y radioterapia para que no queden
células malignas en el cuerpo, hasta que los médicos sociales estén
convencidos de que se superó la terrible enfermedad que tanto daño le ha
hecho al pueblo venezolano desde 1830 hasta hoy en día.

Es necesario, vital, indispensable, eliminar radicalmente el partido
militar, las llamadas «fuerzas armadas» de Venezuela, porque si no se hace,
ese cáncer va a acabar del todo con la sociedad civil. Y con el país.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba