Opinión Nacional

La gran onda de movilización combativa

En los párrafos finales del artículo anterior, enviado a la Redacción de Analítica el 24/5/07, afirmé lo siguiente, cuando me referí al ya entonces memorable movimiento que estaban protagonizando, crecientemente, decenas de millares de personas –pertenecientes a un amplio y diverso arco social- contra la anunciada pero todavía no cumplida decisión de Chávez sobre la extinción de la concesión a Radio Caracas Televisión:
“En fin, conmocionaron a mucha gente: mucha más que la físicamente participante. Y no exagero si digo que generaron preocupación en la cúpula militar-civil gobernante.

Las memorables jornadas de esos días dieron un valioso ejemplo. Estimo, sin dudas al respecto, que no se podrá repetirlas en el corto plazo y quizás en el corto-mediano, porque coyunturas semejantes no se dan con frecuencia. Pero insisto: el ejemplo está y estará presente en muchísimas memorias. La oposición política y organizada (OPDO) -que hizo poco, o casi nada, en esta oportunidad- está obligada a pensar y repensar sobre ello, así como a realizar el tan necesario aprendizaje. Lo mismo digo de las organizaciones sociales politizadas, democráticas y de oposición (OSPDO)”.

En tales párrafos, como podrá apreciar el lector, destaqué, en calidad y cantidad, esa primera onda de una prometedora recuperación inicial del movimiento popular de oposición. Pero también me equivoqué, y mucho, al estimar que ocurriría un inevitable estancamiento temporal de ese notable acontecimiento. Me equivoqué porque subestimé el nivel de conciencia -no intelectual, pero tampoco superficial e inestable- de una porción importante de venezolanos que rechazan a Chávez y su régimen. Me equivoqué porque no comprendí que en ese campo, ya significativo, de nuestro pueblo democrático estaba materializado un accidente histórico, es decir, algo no fácilmente previsible, pero que podía ocurrir.

En un artículo enviado a la Redacción de Analítica el 27/4/06 expuse mi concepción –basada en una tesis de Carlos Marx, quien utilizó el término “casualidad” – sobre lo que son tales fenómenos:
“Llamo accidentes históricos a los hechos no visualizables cuando se trazan líneas estratégicas o líneas tácticas de lucha en cualesquiera de los campos fundamentales (político, militar, económico, a escala nacional o a escala trasnacional); pero que pueden manifestarse porque el curso objetivo de la realidad los genera, y eventualmente produce cambios cualitativos muy importantes en el desenvolvimiento originalmente esperado cuando aquellas líneas han sido concebidas”.

“Debo añadir que siempre ha habido y habrá accidentes históricos influyentes. Algunos, en muy alto grado. Otros, en grado menor. La casualidad y la causalidad nunca dejarán de estar unidas”.

Así, pues, fallé en utilizar, para un planteamiento enunciativo sobre el futuro cercano y razonablemente previsible, un concepto que he venido empleando con cierta frecuencia desde hace poco más de un año. Liu Shao Chi, un veterano dirigente de primera línea del Partido Comunista Chino, muerto hace varias décadas, escribió en un famoso libro la siguiente máxima: “un error de un signo no se supera con otro del mismo signo o de signo opuesto, sino con un acierto”. Comparto absolutamente el sentido de esa idea. Intentaré, pues, aplicarla en lo adelante.

Me complace mucho que se haya manifestado un notable accidente histórico constituido por la segunda onda de movilización combativa en las calles de numerosas ciudades, y por las impactantes acciones de resistencia cívica que han estado realizando todos los integrantes del sujeto colectivo y plural que es RCTV, sus equivalentes de Globovisión y los comportamientos solidarios de numerosos colegas suyos pertenecientes a la oficialista Venevisión. Unos y otros han sido acompañados, día tras día, por decenas y decenas de miles de jóvenes, sobre todo estudiantes, cuyas manifestaciones han sido, nuevamente, aspecto fundamental de la lucha: combativas, inteligentemente dirigidas, pobladas de consignas acertadas (relativas a intereses propios, a intereses políticos, sociales, económicos y culturales del país progresista, sólidamente críticas de quienes deben ser criticados, y ajenas a propósitos destructivos. Todo ello ha ocurrido desde el momento en que dio su manotazo antidemocrático el eje conformado por Chávez y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y ha proseguido hasta la temprana noche en que estoy finalizando este artículo (30/5/07).

Lo que he señalado como segunda onda de movilización combativa ha tenido un alto componente de espontaneidad y autonomía de los sujetos mencionados. Y hay en ello un mérito relevante. Mas creo necesario añadir, por cuanto es parte de la realidad fáctica, que han intervenido, también, destacados sujetos de dirección política no estrictamente partidistas.

En primer lugar, destaca el grupo que dirige al complejo equipo multifuncional que hace posible la operación sistemática de RCTV. Las cabezas de ese grupo son Marcel Granier, Eladio Lares y otros altos ejecutivos. Granier fue el principal conductor de una lucha sin cuartel contra los dos graves atropellos autocráticos que cometió Chávez al decidir, ya en enero de 2007, que no sería renovada el 27/5/07 la concesión cuyo plazo expiraría en esa fecha; y al ordenar a la Sala Constitucional del TSJ, pocas horas antes de que finalizara ese día, que acordara la confiscación de todas las instalaciones de RCTV por medio de las cuales ese canal emitía señales al espacio radioeléctrico.

Durante varios meses, Chávez ha alegado, y continúa haciéndolo desde aquel día, que Granier había sido uno de los empresarios importantes que intervinieron en la conspiración del 11/4/02. ¿Lo demostró en alguna ocasión? NO. ¿Instruyó al Fiscal General -subordinado suyo, como es de generalizado conocimiento- para que hiciera las diligencias pertinentes? Quizás; pero es público y notorio que ese funcionario no activó proceso judicial alguno. ¿Hay, acaso, activado por otra vía, un proceso formal contra Granier, en espera de sentencia? NO. ¿Ha abierto Chávez la boca para señalar, en términos que implicaran una primera acción de naturaleza jurídica, a Gustavo Cisneros, dueño de Venevisión, también acusado por él, públicamente, de golpista? NO. ¿Hubo, varios años atrás, meses después del 11/4/02, entre Chávez y Gustavo Cisneros, con intermediación de Jimmy Carter, un acuerdo para borrar “los malos entendidos” y “hacer las paces”, como buenos amigos? SI. Eso es un secreto a voces. El Presidente lo reconoció en una de sus acostumbradas peroratas.

¿Es Marcel Granier un miembro destacado de la oligarquía? No sé si es de los que Chávez anatematiza genéricamente con ese término, porque carezco de referencias evidentes de su poder económico; pero no tengo dudas en cuanto a que es destacado.

¿Está Marcel Granier ubicado en el campo ideológico-político de la derecha? SI. Lo ha estado desde hace un tiempo considerable y ha intentado más de una vez ser líder de ese campo.

¿He criticado antes tal condición ideológico-política de Marcel Granier? SI. Seguramente lo recordarán unos cuantos de los habituales lectores de esta revista cibernética (véase, por ejemplo, mi artículo titulado “El manifiesto de la derecha”, en el cual comenté el documento firmado por Granier y varias decenas de empresarios, intelectuales-políticos e intelectuales a secas).

¿Por qué, entonces, expreso hoy respeto hacia él? Por consecuencia con algunos de mis razonamientos anteriores. Porque valoro, después de examinarla detenidamente, la ardorosa lucha que ha librado, en un momento tan terrible para Venezuela, contra el autócrata a quien yo también combato, con plena convicción y con el vigor que felizmente está conmigo. Y, finalmente, porque he percibido en su intenso combate de los meses últimos –particularmente el de los días y horas anteriores al cierre del Canal 2- la inteligencia del dirigente que no pierde la lucidez para pensar en medio del acoso del enemigo; para decidir con precisión, conforme a lineamientos previamente elaborados, pero también bajo el estímulo de una fuerte intuición, cuando se comprende que importa mucho ganar horas y días al transcurrir del tiempo. Y, finalmente, porque supo dar fuertes estímulos moral-afectivos a muchos centenares de personas que están bajo su mando, así como recibirlos de ellas.

Cualidades y comportamientos semejantes percibí en Alberto Federico Ravel. Mostró su conocida capacidad para lidiar con un adversario poderoso y antidemocrático, acostumbrado a tomar decisiones arbitrarias que bordean la línea de lo dictatorial y con muy baja disposición a rectificar. Fue sereno y no iluso al dialogar con los subordinados de Chávez y, al mismo tiempo, enfrentar públicamente las arremetidas de éste y aquellos. Varias veces el Canal 33 y él, en particular, los han arrinconado y desenmascarado ante la opinión nacional y la internacional, valiéndose de informaciones documentadas e irrebatibles. Ha dado la cara por medio del Canal que dirige y en la calle. Bajo su conducción inteligente, refinada y sutil, Globovisión se ha convertido en el más importante medio de comunicación social que en Venezuela está informando verazmente al público dando oportunidades para que el oficialismo y sus oponentes democráticos se expresen, expliquen y argumenten –si es que pueden hacerlo.

Debo resaltar, en obediencia a mi obligación de ser objetivo y veraz, el trabajo informativo que ha estado efectuando el programa Aló Ciudadano, cuyos conductores principales –Leopoldo Castillo y Marisabel Párraga, en ese orden- vienen asumiendo, desde hace varios años, una orientación política con la cual no concuerdo, en considerable medida. Pero ha sido muy claro que en estos grandes días de la segunda onda de movilización combativa, y en aquellos de la primera, además de realizar con muchísima intensidad la amplia actividad informativa que acostumbran, han reorientado en buen sentido democrático –a mi entender, obviamente- su discurso político. Celebro que así lo estén haciendo.

Y quiero destacar especialmente el muy positivo papel que está cumpliendo un programa de televisión que en sus comienzos parecía ser básicamente humorístico. Con el paso de los días y las semanas he podido comprobar que sigue teniendo ese carácter –lo cual es bueno, porque el humor, y especialmente el buen humor hacen bien a la salud espiritual y corporal de las personas- y ha estado logrando una equilibrada entrega de risa, música, información objetiva, discusión y opinión propia orientandora. Todo a un apreciable nivel de calidad. El lector sabrá ya que estoy refiriéndome a Buenas Noches.

En tanto participante de la lucha democrática por detener el ya grave avance de las recurrentes ofensivas antidemocráticas de la cúpula militar-civil “revolucionaria”, Buenas Noches ha realizado un trabajo muy valioso y fecundo. Sin duda alguna, seguirá realizándolo.

Carla Angola, Ronald Cedeño y Kilo Bautista –los cito en el orden “protocolar” que usa Pedro Luís Flores –concitan admiración, respeto, afecto. Les expreso los míos. Séame permitido expresarlos en particular, a Carla Angola. A su cultura, y su relampagueante ingenio. A su notable inteligencia. A sus siempre oportunos comentarios, informaciones de última hora y opiniones (incluidos los que se obligó a escribir una semana, en cumplimiento de una promesa). Y a su impactante belleza serena, que ilumina la pantalla.

Quedan unos cuantos asuntos por tratar: las nuevas amenazas proferidas por Chávez y varios acólitos suyos; los muy diversos comentarios y juicios emitidos por instituciones, gobernantes, medios de comunicación, etc, del exterior; la perspectiva inmediata y las de mayor plaza. Todos serán considerados en próximas entregas.

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