Opinión Nacional

La inaceptable ginopia de la Coordinadora Democrática es crónica y grave

Ginopia es un término que expresa, no un defecto físico sino una condición socio cultural de grupos, sectores y personas, muy extendida en nuestra cultura general, que es un rasgo fundamental de nuestra cultura política, desgraciadamente, y que subsiste pese a las permanentes declaratorias del liderazgo venezolano de turno, respecto a lo mucho que se aprecia y valora la justicia, la equidad, la participación ciudadana y demás preciosismos principistas y conceptuales de la democracia.

Ginopia es miopía o ceguera a lo femenino, el no ver a las mujeres, el no percibir su existencia ni sus obras; se entiende como una omisión, generalmente no consciente, naturalizada y casi automática por lo anterior, a la realidad de las mujeres. Se habla de ginope para calificar a los sujetos o grupos u organizaciones que mantienen una práctica o patrón inveterado de omisión y exclusión en el discurso y en la práctica, a la realidad de lo femenino o de las propias mujeres.

Mi diagnóstico es que la CD ha dado muy reiteradas y consistente muestras de ser fiel y consecuente expresión de la más recia y grave ginopia.

No voy a reproducir las discusiones que a lo largo de la lucha de las fuerzas democráticas en estos años hemos venido librando algunas mujeres con las Coordinadoras y Jefaturas de las fuerzas democráticas de la oposición para que se nos reconozca en igualdad frente a los varones, los esfuerzos y contribuciones realizadas. El pobre y ginope argumento de que las mujeres deben ganarse sus posiciones, parte de la falsa hipótesis de que que lo que las mujeres estamos haciendo, lo que hemos hecho, nuestros talentos y demás contribuciones son inferiores a los de los amigos del género masculino e insuficientes, además… A las pruebas me remitiría pero no es el espacio ni hay el tiempo. Suponer que las venezolanas que nos hemos comprometido a fondo en esta lucha valemos menos para dirigir y aparecer es quiéranlo o no simple, crudo y patente androcentrismo (término que alude a la centralidad de lo masculino, del hombre).

Las historias han sido muchas, no las repetiré. Pero esto del «Acuerdo Nacional por la Justicia Social y la Paz Democrática», firmado el domingo en el Ateneo, raya en el colmo de la ceguera excluyente…

No se si las respetadas amigas del Frente Nacional de Mujeres, que agrupa a decenas de organizaciones de mujeres comprometidas con la lucha por la restitución de la democracia, entre ellas las Mujeres de los partidos políticos además de las mujeres de otras organizaciones; o si las Mujeres Democráticas Unidas, las Mujeres del Petróleo, las Mujeres Organizadas Unidas por Venezuela, las Mujeres Vigilantes por la Democracia, las Mujeres Guardianas Ecológicas, las del Centro de Formación, Círculos Femeninos Populares, Mujeres de Chacao, Investigación y Estudios de la Mujer CISFEM, las de la ONG Mujer y Comunidad, las de la Fundación Casa de la Mujer Argelia Laya, las Mujeres por la Libertad, las de Democracia Mujer, las Mujeres de Rosado, las Mujeres Dirigentes Unidas, el Foro por la Equidad de Género, la Asociación Venezolana de Mujeres, lasd de Mujeres del Milenio, las de Fundación Mujeres, las Heroinas Venezolanas, y otras decenas de organizaciones de mujeres que se han resteado centralmente por la recuperación del clima de libertades y la institucionalidad democrática, han leído el Acuerdo por la JUSTICIA SOCIAL y la Paz Democrática, firmado el domingo en el Ateneo.

¿No lo han hecho? Pues háganlo para que se encuentren que su primer párrafo dice textualmente:

«Nosotros, representantes de partidos políticos, sindicatos, movimientos estudiántiles y juveniles, organizaciones populares, obreras, campesinas, sectores productivos, gremios y asociaciones profesionales, medios de comunicación, organizaciones de lucha por los derechos civiles, políticos y humanos, organizaciones comunitarias y otras formas de integración asociativa de venezolanos y ciudadanos de otras nacionalidaes….»

Nuevamente los ojos de la CD, de quienes escribieron el papel, no miraron las luchas de las mujeres venezolanas en esta etapa y no fue solo que la CD no lnos incluyón más que como muestra (tokenwomen)en sus comandos, sino que las organizaciones de mujeres que han sido presencia, voz, esfuerzo, trabajo, «sangre, sudor y lágrimas» en esta guerra contra el autoritarismo, no hemos hecho lo suficiente para que quienes redactaron el Acuerdo se acordarán y nos vieran y nos mencionaran en nuestra especificidad entre las 16 tipos de organizaciones que señalan, donde se alude hasta a las personas nacidas en otras tierras.

El Acuerdo es en su globalidad un hecho político importante y positivo; nos envía el mensaje político de que se ha logrado pactar la gobernabilidad interna de la oposición democrática en la fase pre-transición, principalmente, a través de un criterio central: UNIDAD. Lo valoro y aprecio y convoco a que todas y todos lo firmemos el próximo domingo.

Y al mismo tiempo espero que la acumulación de protestas por la exclusión de las mujeres y de lo que ellas representan pueda llevar a la CD a reflexionar y corregir en sus próximas decisiones lo que resulta inaceptable en un organismo que intenta quebrantar los paradigmas excluyentes que han minado nuestra democracia en el pasado.

(*): Caracas, 28 de julio 2004

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