Opinión Nacional

La locura como política de Estado

Los venezolanos en los últimos diez años hemos vivido envueltos en una especie de locura colectiva. En 1998 los principales partidos políticos AD y COPEY, decidieron escoger como sus candidatos presidenciales a un vetusto, atrasado y oscuro dirigente y a una ex_reina de belleza de inteligencia superficial, respectivamente, en momentos en que el país vivía sumergido en una aguda crisis y enfrentaba la amenaza electoral de un sangriento golpista, santificado por el discurso irresponsable y alcahueta y el sobreseimiento otorgados por Caldera. Luego, cuando se vieron acorralados por la realidad, en la recta final y sin dar explicaciones a sus militantes, destituyeron a sus candidatos para entregarse en los brazos de Salas Romer, enemigo declarado de ambos partidos, con esto le regalaron a Chávez una clamorosa victoria y se sepultaron como organizaciones políticas. Locura tras locura. La locura llegó a su cenit con el arribo de Chávez al poder. Desde el primer día se descubrió como un locuaz y vociferante, con ansias irrefrenables de hablar, lo cual no sería problema si no nos obligara a oírlo en cadena de radio y televisión con frecuencia diaria y en ocasiones hasta múltiples veces al día. El país se entregó ala locura y aplaudía a rabiar cuanta locura se le ocurriera al antiguo comandante golpista. Todo el que emitiera un criterio discordante a la locura era guillotinado. Se vivieron episodios de locura oposicionista como los de Abril y Diciembre de 2002 y los de la “toma militar” de la plaza Altamira. En Venezuela la ciencia comprobó que la locura es contagiosa. Primero Justicia el partido que se vendía como la esperanza, dio señales inequívocas de contagio, casi al nacer, su crisis la demostró cuando se empeñó en la locura del referendo consultivo, no vinculante y antes del tiempo de convocatoria del referendo revocatorio presidencial. Se perdió el saco y los cangrejos, no se obtuvo ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. Resultados lógicos al actuar con locura. Cuando la locura no se trata debidamente, es de esperarse que se desate en episodios cada vez mas graves, neurosis total o esquizofrenia. Chávez no ha sido capaz de dotar a Venezuela de una sola escuela de primera calidad o de un solo liceo comparable a los de los países desarrollados, mucho menos un hospital o un recinto carcelario decente, donde los reclusos convivan con un poco de calidad, ha sido incapaz de paliar el grave déficit habitacional y alimentario que atormenta a los venezolanos. Sin embargo ha sido capaz de comprar para sí el más costoso y lujoso avión posible, logró que su familia de ser unos pobres de solemnidad dieran el salto a ricos y famosos y construyó nueve estadios hipercostosísimos de calidad internacional para jugar ….. Fútbol, un deporte que en Venezuela sólo despierta interés en tiempos de Mundiales. Locura y desatino, mientras el gobierno nacional y sus sucursales de estados y municipios son incapaces de mejorar las condiciones de un solo barrio o zona popular de nuestra geografía, subsidiamos la gasolina para habitantes de Londres y Nueva York de mucho mayor poder adquisitivo que los venezolanos, regalamos a diestra y siniestra en Latinoamérica y el Caribe, creándonos déficit para atender nuestros clientes que debemos cubrirlo comprando petróleo a precios de mercado porque nadie nos da descuento. La locura es tan grande que Cuba sin producir vende petróleo y nosotros produciéndolo compramos. Si esto no es locura, díganme como llamarlo. A la locura presidencial plasmada en una reforma que a todas luces violenta las normas constitucionales estipuladas para tal fin se le responde con la locura colaboracionista de Primero Justicia pidiendo la votación por temas con lo cual buscan legitimar un acto nulo de nulidad absoluta y santifican nuestro fraudulento sistema electoral. En la locura de la reforma, no es de destacarse sólo la Presidencia perpetua, vitalicia y eterna de Su Divina Gracia el avatar de Sabaneta. Nos declaramos socialistas sin aclarar que se entiende por ello. Centralizamos en los hechos, pero dejamos ambiguisimas declaraciones de descentralización, y sembramos algunos adjetivos federales por aquí y por allá para disimular la más obscena y descarada concentración de poder que hayamos visto en nuestra historia. En vez de fortalecer la división político-federal que tenemos y corregir sus deficiencias, decidimos debilitarla y superponerle otras estructuras aéreas que conducirán a una anarquía sin precedentes. En la Constitución de 1999 se instituyeron las Asambleas de Ciudadanos y en casi una década no se ha sabido de una sola de ellas que haya tenido un resultado práctico, sin embargo ahora para hipócritamente poner un velo sobre el dominio que se pretende ejercer, se instituye una fábula de Poder Popular, importada de la democratísima Cuba, que “ no nace del sufragio ni de elección alguna, sino que nace de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población.”, tamaña locura nos indica a la luz de la experiencia que éste “ Poder Popular”, al no ser electo por vía del sufragio, lo será por vía del dedo del Todopoderoso. ¡ No sería más conveniente que los órganos del poder Público sean obligados a darle atención y respuestas a los planteamientos y reclamos del pueblo? Que ese irrespeto que reciben los ciudadanos por parte de los representantes de los poderes Públicos cese definitivamente. Que se ponga coto a la dilapidación del Tesoro Público, a la regaladora al exterior, que se castigue ejemplarmente la corrupción y se obligue a resolver los problemas de los venezolanos. Desgraciadamente en Venezuela usamos la locura como política de Estado.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba