Opinión Nacional

La solidaridad variopinta del chavismo europeo

El apoyo de la izquierda-verde europea a Hugo Chávez es una sinfonía plena de bemoles y medios tonos. En el seno de este grupo político existe una solidaridad variopinta que se apoya en argumentos muy variados y distantes.

Hay que distinguir tres grupos importantes, o cuando menos visibles. El primero es el de quienes se solidarizan por automatismo ideológico. Son estos los europeos que continúan creyendo que el presidente venezolano es «un hombre progresista». Estos se identifican con el discurso antiglobalización y antiyanke de Chávez, lanzándose al agua sin saber que la piscina está vacía. Eso sucedió a un diputado socialista belga, quien luego de manifestar su afecto por la «Revolución bolivariana» y tener que escuchar los argumentos de un grupo de europeos y venezolanos que rebatían sus declaraciones en favor del régimen, se vio en la «penosa situación» de reconocer que él «conocía poco sobre el caso venezolano» y que apoyaba al presidente Chávez porque pensaba que este era socialista.

El segundo grupo se asemeja al primero, también se identifica con el discurso social del chavismo, pero sus integrantes van más allá del automatismo ideológico. Estos son «revolucionarios decadentes», saboteadores profesionales que apadrinan cualquier bochinche con tal de pescar en río revuelto. Sostienen cualquier escaramuza y se divierten jugando a la “revolución” en Africa y América latina, porque en Europa «son un cero a la izquierda», nadie los toma en serio. Estos tienen nombre y apellido y se la pasan viajando a Caracas para alborotar el avispero.

El tercer grupo, hay que decirlo, es el inteligente. Defiende la constitucionalidad y la democracia y se debate (en algunas ocasiones sin información suficiente) entre el militarismo populista de Chávez (que no celebra) y el hecho de que el presidente venezolano fue legal y legítimamente elegido por el pueblo en 1998 y en consecuencia no puede ser derrocado por otro método que no sea el que establece la Constitución. Para estas personas, más allá del automatismo ideológico o la pasión psicópata por la revolución, «lo más importante» es que Venezuela de una vez por todas construya una Democracia justa y equitativa, que sea capaz de distribuir mejor sus riquezas.

El llamado tercer grupo debe llamar la atención de los opositores que deseen sensibilizar a la izquierda-verde europea . Para ello es necesario despojarse del mal sabor que dejó en este continente la actuación de Pedro Carmona y espantar los malos espíritus que insisten en comparar a la oposición venezolana con pequeños grupos de facistas, burgueses abúlicos, dominantes y explotadores.

Es urgente abrir los ojos de los europeos y denunciar con hechos, imágenes y cifras, las atrocidades cometidas por el régimen de Hugo Chávez y el profundo valor democrático de las manifestaciones civiles de los millones de personas que diariamente salen a la calle a exigir la renuncia del presidente.

Bastaría con obsequiar a estos diputados los discursos del presidente promoviendo el odio y llamando a la guerra entre los venezolanos. Bastaría con las imágenes de Gouveia disparando en la Plaza Altamira, contrastadas con la «Oda a Gouveia» o los «Cantos a Carles» recitados por el Jefe del Estado. Quizás parezcan ejemplos muy trillados para quienes día a día padecen violaciones como estas, pero en Europa nada de eso se conoce, nada de eso se difunde. Un video de 30 minutos sería un llamado muy efectivo a la consciencia y la ética de quienes insisten en respaldar a estos maleantes. Un video de 30 minuto minutos pondría en evidencia la parcialidad brutal, desmedida y perversa de (%=Link(«http://www.monde-diplomatique.fr/»,»Le Monde Diplomatique»)%)
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Lo más importante es que dentro de la izquierda-verde existe el llamado tercer grupo, un tímido sector dispuesto a escuchar, conocer, y comprender realidades distintas a las transmitidas por el “gobierno” venezolano y que sigue con detenimiento las torpezas cometidas por Chávez. Sólo basta responder a una pregunta para conseguir su apoyo: “¿Por qué los venezolanos no pueden esperar hasta agosto como dice la Constitucion?” Develar esta interrogante es clave para abrir el entendimiento de los europeos y motivar un respaldo más contundente para sacar a Chavez del poder y construir una nueva Venezuela sin caudillos, una Venezuela de ciudadanos responsables y creativos.

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