Leña.
Una de las suertes de usar internet es que -como adicional ventaja- permite conocer la verdadera esencia de demasiada gente que en el ámbito venezolano utiliza la red para acusar e insultar anónimamente.
Meses atrás una muy nombrada periodista del diario El Nacional informó que aprovechándose del anonimato electrónico, la habían insultado llamándola “perra, puta y maracucha”. Respondió de buen talante diciendo que el comentario era inexacto, pues es perijanera.
Ahora le toca a la profesora Xiomira Villasmil. Ayer en el portal electrónico (%=Link(«http://www.noticierodigital.com»,» noticierodigital.com»)%), la acusan -por supuesto anónimamente- de corrupta. Y junto con familiares y socios la señalan como testaferro y se le observan otras malas costumbres administrativas, pero no se ofrece prueba, ningún elemento, dato o documento que haga creíble el señalamiento.
La primera pregunta que debe hacerse el lector del tema, es: por qué quienes tienen información sobre el caso no firman sus textos. ¿Tienen temor a ser enjuiciados por vilipendio en un país ciertamente sin seguridad jurídica? Bien, ésa es una excusa muy barata, puesto que un patriota bien plantado -tratándose de que presuntamente es corrupción de gobierno- lo haría igual aunque lo encarcelen por su verdad. Los acusadores de la profesora Villasmil firman Raulito, Pirula, La Zuliana, y es una cochina cobardía. Escriban sus nombres con los números de cédula para poder empezar a creerles.
Xiomira Villasmil fue una profesora de la Escuela de Comunicación Social de La Universidad del Zulia. Investigadora de la comunicación, docente particularmente responsable de su labor, puntualísima en la asistencia a clases, conocedora de su materia, excelente expositora, mejor educadora y muy considerada con sus alumnos. Lo último se indica porque uno de los anónimos la presenta como una indolente, y otro demuestra estar despistado cuando la llama “pata en el suelo”. La Xiomira que conozco es la que describo y respetaré aun si fuera cierta la acusación, porque en todo caso habría sencillamente que condenarla judicialmente cuando haya ley.
Cuando se lee esa basura que presuntamente proviene de la oposición, se siente un cierto escalofrío, puesto que internet nos abre los ojos sobre lo que hay en el sedimento de nuestra psicología colectiva. ¿Será verdad que por limitación común pasaremos a ser colonia de Colombia, Brasil o EE UU?, como recientemente se pronosticó. ¿Habrá en la oposición gente de tan mala entraña como la que hoy gobierna? ¿La opción es elegir lo peor de entre lo peor?