Opinión Nacional

Maduro y su Cesppa: Golpe sobre golpe

Se anuncia en la prensa y se publica en la Gaceta Oficinal otro decreto que maquilla al inconstitucional adefesio que titulan Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria. Algunos advierten, sin embargo, que han sido modificados los artículos que mayor preocupación y miedos provocan en la opinión pública, pues dicho centro evoca, sin exageraciones, la experiencia de la DINA chilena, los otros aparatos de secretismo que hicieron posible las violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos durante las dictaduras militares, y hasta la minucia – dado lo que viene – de nuestra Seguridad Nacional perezjimenista.

De buenas a primera hubiese querido saludar tal rectificación, tanto como lo hice en el 2000 cuando Hugo Chávez, por zorro y escuchando a sus ministros Salazar Rodríguez, Hurtado Sucre, Rangel, y Dávila, le pone freno al contrabando igual que intenta pasarle su jefe de la policía política, teniente Eliecer Otaiza. Pero no. Mal puede acogerse con beneplácito el remiendo de un atentado a la Constitución con otro atentado más. Menos aceptar que se nos restrinja la democracia, arguyéndose que algo nos queda.

Sé que no pueden pedírsele peras al olmo, pues el responsable de tal desaguisado, Nicolás Maduro, llega a la Presidencia cargándose el orden constitucional con la complicidad del Tribunal Supremo. No podía asumir la Jefatura del Estado una vez como el difunto Chávez deja de prestar juramento para iniciar otro período constitucional, como tampoco podía ser candidato luego de ejercer la presidencia en calidad de vicepresidente, que nunca deja de serlo. Lo de las elecciones cuestionadas del 14 de abril son en tal orden, no se olvide, “pecata minuta”.

Vayamos al asunto.

Mediante su decreto del 7 de octubre Maduro crea el CESPPA y hace del Palacio de Miraflores otro Helicoide, otro SEBIN pero con más poder, omnímodo, tanto que lo sobrepone incluso a la inteligencia civil y militar. Y para ello tira por la borda los artículos 323 y 325 de la Constitución, que crean el Consejo de Defensa de la Nación y regulan la clasificación y divulgación de los asuntos relativos a la seguridad nacional. Tanto como obvia la ley que desarrolla dichas disposiciones en 2002 y la otra que bajo el nombre de Sistema Nacional de Inteligencia, de 2008, coordina la acción de los ministerios involucrados en labores de información. Y no bastándole, en su decreto en cuestión, que fragua un aparato dictatorial, usa como fundamento nominal las razones que dan origen al mencionado órgano constitucional, el Consejo de Defensa, antes de enterrarlo.

Ahora Maduro da marcha atrás pero escupe sobre la ley que dicta el General Medina Angarita en 1941, a cuyo tenor, cuando hay discrepancia entre el original de una ley o un decreto y su impresión en la Gaceta, la edición corregida debe hacerse precediéndola una explicación formal que indique cuáles errores han dado lugar a la reimpresión que se hace.

Pues bien, el 24 de octubre aparece en Gaceta el mismo decreto del día 7, apenas advirtiéndose que “se reimprime por fallas en los originales”. Por lo visto no hay abogados cerca de Maduro, a menos que hayan pasado por la universidad sin que la universidad pase por ellos.

El nuevo texto le reduce jerarquía administrativa al CESPPA y a su jefe, pero sigue dentro de Palacio. No se habla más de la Dirección Político Militar de la Revolución Bolivariana, para que no quede en evidencia que los dictadores quienes dictan el decreto son militares y no Maduro, civil y mascarón de proa. Empero, el CESPPA sigue siendo el órgano rector y no el Consejo de Defensa de la Nación ni su Secretaría Permanente, y tampoco los ministros del interior, de defensa, y de relaciones exteriores. Un director general – no más presidente del CESPPA – les dirigirá en los asuntos de inteligencia, lo que no sorprende, pues ya hemos visto como Tenientes Coroneles ponen firme a Generales sobre todo si los primeros son oficiales cubanos. En fin, apenas se elimina la autorización para que el CESPPA requiera información de las instituciones privadas, lo que poco ha de importarle a su autor, dado que el SEBIN y la DIM – ahora subalternos – saben bien cómo obtenerlas.

Cabe preguntarse, a todas éstas y como bagatela, de qué modo resolverá Maduro el problema de gestión que le significará un CESPPA que no es más “órgano desconcentrado” sino dirección dependiente del Ministro de la Presidencia, pero que a la vez y con el nuevo decreto, por la libre, sigue autorizado para celebrar contratos y hasta recibir donaciones.

En suma, todo cambia para que nada cambie, según el “gatopardismo” que, por lo visto, se hace regla de oro bajo el mando de nuestro “pichón de dictador”.

 

 

 

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