Más allá del miedo
Hay salida, aún cuando en la actualidad la protesta pacifica y democrática de los estudiantes es reprimida violentamente. Las tensiones se acumulan. La inseguridad. Cierran medios de comunicación social y persiguen a los periodistas que disienten del gobierno o hacen públicas las denuncias de corrupción en las esferas del gobierno. La inseguridad se apodera de las calles. La inflación devora los bolsillos de los venezolanos.
En medio de rumores vemos el espectáculo de lucha entre las concepciones políticas de la democracia liberal, tolerante y pacifica y la del gobierno de Hugo Chávez el comunismo militarista, totalitario y estalinista dirigido por un autócrata que ya lleva mas de una década en el poder. Esas son las opciones que se le presentan al venezolano. No hay otra. El camino para salir de esta crisis provocada por la neodictadura es institucional, constitucional, democrático y, más al fondo, con el arma de los votos espera por el 26 de septiembre.
El gobierno se inspira en el poder totalitario teniendo como modelos a países como Cuba, Corea del Norte, Bielorusia, la desaparecida Unión Soviética y China que regresan ahora al capitalismo ante el fracaso económico y la pérdida de la libertad personal.
Sin embargo, la trama sigue, los personajes parecen tomados de una filosofía callejera como la del entrenador de boxeo salido de los bajos fondos que les enseña a sus pupilos la técnica de la pelea sucia para vencer a sus rivales utilizando el miedo y la rabia.
Incapaces de convencer con las ideas, de ejercitar la dialéctica para convencer a sus contrincantes ideológicos los funcionarios, dirigentes y medios de comunicación del oficialismo intentan destruir con falsedades y mentiras a todos los que se le oponen. La línea la traza el propio Hugo Chávez. Tratan de aferrarse al poder mientras a los de abajo los llena de migajas. Como palomas a las boronas que caen de las alturas del poder. Borran el desacuerdo con la ofensa y la calumnia a la oposición democrática.
El propio presidente marca la pauta, pero el libreto es otro porque la sociedad se rebela. Los medios cuestionan los cierres, los estudiantes protestan con razón, los partidos advierten sobre las trampas y exigen al gobierno. Hay una sociedad activa que piensa y actúa en democracia y ese es el gran temor del gobierno nacional.
Hay que entender la naturaleza de esos hombres que transitan la frontera de la cordura y la locura y no han exorcizado sus fantasmas y por eso reaccionan ante cualquier estímulo con agravios sin fin, rabia. Dejan en evidencia que no hay capacidad de tolerar al que discrepa. Al que no piensa igual.
Como hacia Aquiles, que si bien era valeroso en la batalla, permitía que al oído le hablaran las furias infernales que solo sabían del odio y la venganza. Éstos se convirtieron en su ruina impulsándolo a causar estragos a diestra y siniestra hasta que al final él mismo sucumbió.
Recordar a Nietzsche en un párrafo de Así hablaba Zaratustra, es oportuno: “vuestras más secretas ansias tiránicas se disfrazan con palabras de virtud”.
Hay salida y la está marcado la sociedad venezolana. La sociedad democrática.
