Médicos hispanoamericanos
Recibimos y revisamos el “Diccionario biográfico médico hispanoamericano” recopilado con el patrocinio de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela y editado por los galenos Jaime Gómez González de Colombia, quien aportó la idea y la dirección de la obra, Leopoldo Briceño-Iragorry de Venezuela y Miguel Rabí Chara de Perú.
Para acometer esta ciclópea labor se hizo necesaria la coordinación entre profesionales e instituciones de diecisiete países que incluyen a Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Francia, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Además se incluyen médicos de España y de la República Dominicana.
De acuerdo a la descripción de los colaboradores en algunos países concurrieron las biografías preparadas por individuos dedicados a la investigación, a la docencia y al ejercicio público o privado de la profesión; en otros la labor fue adelantada bajo la coordinación de instituciones donde las academias nacionales de la medicina de cada país llenaron funciones primordiales.
En un volumen de mil seiscientas páginas en formato de un octavo y con un peso de casi cuatro kilos se pueden leer las biografías condensadas y normalizadas de tres mil trescientos galenos que han desempeñado sitio resaltante en el ejercicio de su apostolado como tratantes, como investigadores, como docentes, como dirigentes de políticas públicas de combate a flagelos o como constructores de una sociedad mejor.
Nos parece que tiene hondo significado el que se divulguen las particularidades y las obras de hombres que han dedicado su vida a la atención de los enfermos y a la erradicación de las enfermedades que aquejan a los habitantes de sus distintas naciones. Son biografías plenas de estudio y de trabajo, dos actividades que cada día descienden dentro del escalafón de características imprescindibles para el mejoramiento del hombre individual y del hombre como conjunto.
No podemos entrar en el detalle de los más destacados de cada país, de cada especialidad o del significado nacional o mundial de sus actividades pues el desconocimiento nuestro es infinito e intentarlo, aparte de ser una osadía mayúscula, propiciaría injusticias imposibles de subsanar.
Lo que nos parece fundamental es que con esta obra se rinde justo homenaje a quienes siembran acciones fundamentales para el gentilicio y para el género humano.
Venezuela está ávida de un cambio de actitudes ante la colectividad. El bochinche, el desorden, el atropello no conducen a nada bueno. El trabajo honrado, la constancia en el estudio y en el desarrollo individual son ingredientes fundamentales para construir la nación que todos nos merecemos.
Dijo Cervantes: “Nunca se podrá satisfacer y contentar a todos pues lo que unos aceptarán con agrado, para otros será motivo de disgusto; lo que para unos será interesante o de cierta importancia para otros será baladí; unos verán un libro como de cómodo manejo, otros lo sentirán inadecuado para sus gustos personales”. Estamos entre de los satisfechos.
