¡Millones de personas!
En Venezuela nos estamos jugando la vida del futuro en el debate sobre la educación.
Cuando Leonardo Carvajal habló de reunir un millón de personas a nivel nacional, era porque estaba seguro de que el Proyecto de Reforma de la Ley Orgánica de Educación que presentó el llamado “Grupo de los Siete”, estaba apoyado por ese millón de personas, y más.
Yo creo que Carvajal tenía y sigue teniendo razón:
Millones de personas rechazan los planes de cubanizar nuestra educación y que apoyan el llamado proyecto de la sociedad civil, hayan acudido o no a la concentración del 31 de marzo.
Millones de personas impugnan la implementación “a juro” del Decreto 1011, primero porque es inconstitucional, segundo porque representa un irrespeto más al ejercicio de la profesión docente y tercero porque esos supervisores no van a supervisar sino a intervenir. Lo que muchos no saben es que una figura similar a la de los supervisores itinerantes fue el vehículo a través del cual comenzó el proceso de destrucción de la educación con libertad en Cuba, acabó con la educación privada e introdujo la doctrina comunista en todos los colegios. Sólo por esto, los venezolanos tenemos el derecho y el deber de oponernos a este decreto.
Millones de personas quieren escoger el tipo de educación que les parezca más idóneo para sus hijos, y condenan la idea del sector oficial de que el Ministerio de Educación asuma la paternidad de los escolares, basado en la falsa, falsísima premisa de que “en Venezuela no hay familia”. En Venezuela hay madres, y al haber madres, hay familia.
Millones de personas consideran que la supervisión hecha de manera responsable y por personas preparadas para hacerla no sólo es necesaria, sino que es deseable para recuperar un sistema educativo tan maltrecho como el nuestro. Es totalmente falsa la prédica de que no se desea la supervisión.
Millones de personas no quieren ver a sus hijos adoctrinados y formados para que a todo bajen la cabeza y digan que “sí”, como en concreto sucede en los regímenes totalitarios.
Millones de personas aspiran a tener una educación de calidad para todos. Hay muchos colegios privados que se quedarían vacíos si el sistema de instrucción pública fuera un poco mejor.
Millones de personas saben que la educación privada en Venezuela no está dirigida por “mercaderes de la educación”.
Millones de personas creen que el mejor sistema de gobierno es el sistema democrático, que las dictaduras han traído más muertes y más atraso que la democracia que hemos tenido hasta ahora, y saben que la educación debe ser concebida como un instrumento de la libertad, para la libertad.
Millones de personas están conscientes de que nos estamos jugando la vida del futuro en el debate sobre la educación.
