Muera el conocimiento
El fascismo como proyecto totalitario del siglo XX concebía la sociedad como un Estado corporativo-militarizado regulador y legislador único encargado de controlar toda la actividad económica, política, educativa, deportiva, recreacional, etc., subordinado a los designios del Duce Mussolini. En dicho modelo no había lugar para discrepancias y cualquier disidencia se criminalizaba judicialmente o se eliminaba mediante la violencia ejercida por los camisas negras. Era todo un andamiaje judicialpolicial que garantizaba el control autoritario y doctrinario del régimen sobre la sociedad.
Al igual que el Duce Mussolini fascistizó la educación italiana, los socialfascistas caribeños también han sentido la necesidad de hacerlo en nuestro país. Han tomado una serie de medidas a fin de que la educación se transforme en un instrumento ideologizante a favor del proyecto facho-bolivariano y de la glorificación de su comandante eterno. Que una obediencia supina, un acriticismo alienante y una genuflexión reptante, paradigmas de la doctrina fascio-bolivariana, se implanten en las nuevas generaciones.
Parte de esta perversa política de dominación ha sido el estrangulamiento económico y el uso de la violencia en contra de las universidades autónomas.
Profesores, trabajadores y estudiantes han elevado su voz en contra de un presupuesto que atenta, pordeficitario, contra el funcionamiento de estos centros de estudios e investigación. Luchan por un presupuesto justo que garantice el cumplimiento de beneficios estudiantiles, mejoras salariales para trabajadores y docentes e incentive además el crecimiento y desarrollo científico de estas instituciones. Luchan en contra de la violación del régimen autonómico y de la facistización de la educación superior.
Lamentablemente las respuestas del régimen a estas justas aspiraciones han sido acusar a los miembros de la comunidad universitaria de ser golpistas, saboteadores, entreguistas, enemigos del pueblo, agentes de la derecha y del imperio. Enviar sus hordas armadas uniformadas (GN) y no uniformadas (colectivos) a sembrar el terror en los campos universitarios, destruyendo algunas de sus instalaciones como fue el caso del edificio rectoral de la UCV. Amenazar por intermedio del ministrocapo Rodríguez Torres con el uso de la fuerza pública en contra de la Universidad plural y libre pensadora.
Estos «revolucionarios de pacotilla» practicantes del oportunismo ideológico prefieren reunirse y negociar con «pranes» y con el Secretario de Estado del Imperio que con los gremios universitarios. Son los engañadores de oficio del siglo XXI que detestan el saber, los correligionarios de aquel triste MillánAstray (1936) que en España gritó «¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!» El socialfascismo bolivariano pretende subordinar la educación superior a los principios ideológicos fascistas, es decir aplastar a la universidad autónoma. No lo permitamos.
