No botes tu voto
A primera vista evidente que la decisión que tiene sentido es la de concurrir a votar en las elecciones parlamentarias del próximo 4 de diciembre.
Por encima de cualquier obstáculo (trácala), parece evidente que la no participación ciudadana es un automarginamiento del proceso político y eleccionario nacional, dejándole el terreno libre al adversario para que haga lo que le venga en gana. Esperar que el gobierno se derrote a sí mismo va a ser traumático para todos por el daño económico y social que está causando.
Por ello, para tratar de que quienes están diariamente en la dinámica de este proceso generen discusión orientadora sobre el punto y se abran al debate de sus criterios, se escriben las líneas que siguen.
Intervenir en el proceso eleccionario permite competir, lo cual implica tomar conciencia y llevar a la acción tareas que preparan -en la práctica de los hechos- para desarrollar una supervisión que reduzca la posibilidad de fraude.
Competir deja que los intervinientes puedan medirse, cuantitativamente y cualitativamente, lo cual es obvio que da conocimiento y perspectiva de lo que ocurre y por qué. Si no es así, la meta resulta como limitarse a esta cuartilla y entonces morir. Como se dice en política, se pierde “la calle” con esa actitud; más que perderla, no se gana, dado de que lo que se trata es de que intervengan más en política activa quienes observan los acontecimientos desde las gradas.
Participar facilita el conocimiento del proceso en sus realidades, instancias y oportunidades. Ello deriva en fogueo y lenguaje adquiridos. Lengua significa verbo y saber cómo llegar con el mensaje a los oficialistas que se intenta convertir a la causa de la oposición, al igual que a los abstencionistas para que dejen de serlo.
Conocer el entretelón eleccionario y sus triquiñuelas, es lo único que -mediante participación- autoriza cuestionar lo mejorable y los resultados obtenidos. Si no se está allí, en las mesas trabajando o ejerciendo el derecho a votar, ¿cómo puede tener fundamento cualquier cuestionamiento posterior?
Todo lo dicho permite evaluar la participación de la oposición, sus avances y errores, y reorganizarse para la contienda presidencial del 2006.
Este contenido es argumento para estimular la discusión entre quienes más saben del tema. Es un ejercicio no tardío, puesto que las elecciones no se detienen y los caminos hacia la victoria nunca son cortos.
