NO engañas a nadie
Art.230
El período presidencial es de seis años. El presidente o presidenta de la República puede ser reelegido o reelegida, de inmediato y por una sola vez, para un nuevo período.
El ex militar golpista y su banda de facinerosos ya no saben que hacer para tratar de manipular y torcer la voluntad popular a través de silogismos totalmente fuera de contexto e ilegales a todas luces. De la misma manera tratan de descontextualizar los artículos de la Constitución Nacional al minimizar el significado de los mismos y su verdadera razón de ser, democrática, y procedente del poder constituyente originario del pueblo venezolano. Aquí el problema no es de forma sino de fondo. No es cambiar un “articulito” de la famosa “bichita azul” de la que tanto alarde hacía el dictador tropical hasta hace algunos años, y que ahora no saca en público ni de carambola. El problema radica sencillamente en el hecho de tratar de violentar el espíritu de alternabilidad democrática existente no sólo en Venezuela, sino en la mayoría de los países democráticos del mundo occidental.
El punto neurálgico tampoco reside en el resultado del referendo consultivo que se realizará para tratar de enmendar la Constitución y su artículo 230. El quid del asunto es que sencillamente ya esa fue materia rechazada por el pueblo en una consulta popular el 2 de diciembre del año 2007, en términos legales podríamos decir que fue “cosa juzgada”. Por supuesto que tenemos que ir a votar y rechazarla de nuevo en marzo, pero la campaña de la oposición democrática no se debería basar sólo en el acto del sufragio como tal, las fuerzas vivas y democráticas del país tendrían que afianzarse en una campaña tanto nacional como internacional que demuestre la inconstitucionalidad del referendo, y la indefensión total en la que se encuentran todos los venezolanos al no tener instancias u organismos independientes a los que acudir. No podemos seguir permitiendo que el usurpador de Miraflores utilice el voto como símbolo inequívoco de democracia en un país en el que se vive en una “dictadura constitucional”.
De hecho, aquí en Venezuela el voto dejó de ser un instrumento meramente democrático y se ha convertido en una especie de arma política para tratar de intimidar o amilanar voluntades. Tan es así que hoy en día en Venezuela el voto no representa para nada el espectro político de la sociedad, más bien representa un cúmulo de porcentajes a favor o en contra de un proyecto personalista, dictatorial y retrógrado. Es decir, el voto es todo o nada, no existe el gris; eso amigos lectores es lo más lejano que puede existir a una democracia. Así como he dicho en columnas anteriores que los que rodean al Piticubano de Chávez son una cuerda de vasallos “ideológicamente prostituidos”, aquí en Venezuela el voto también se prostituyó desde hace algún tiempo para acá. Ya el voto no representa la voluntad personal de un individuo, el voto se ha convertido en la última válvula de escape de toda una sociedad que trata desesperadamente de evitar el inminente derramamiento de sangre que tendrá lugar para desterrar definitivamente a Chávez y a sus congéneres.
De manera tal que el ex militar golpista y sus huestes rojas rojitas podrán seguir tratando de rebuscar palabras, ejemplos, o metáforas ridículas y descontextualizadas para tratar de justificarse ante el país, pero la verdad verdadera es que NO engañan a nadie.
Alternabilidad: relativo a sucederse o relevarse.
Alternativo: se opone a lo habitual o establecido, y se presenta como una opción distinta.
Alternabilidad es muy distinto a Alternativo, así que no sigas con tu paja castro comunista Hugo Rafael porque los venezolanos no somos pendejos. Tampoco compares a las democracias parlamentarias Europeas que tienen reelección indefinida, con un pobre país tercermundista como Venezuela hundido en la miseria y la barbarie institucional. Primero se gatea, después se camina y al final se corre; en tu cabeza bipolar mezclas la gimnasia con la magnesia y el resultado no será para nada apetecible. El revolcón será de antología… te has equivocado de época, de lugar y hasta de personajes.
Para finalizar me gustaría proponerles a todos los que viven en Venezuela que marquen los billetes con un rotundo y grandísimo “NO es NO”. Obviamente no tumbaremos a Chávez con está acción, pero es una manera civilizada y democrática de demostrar nuestro descontento generalizado. Por cierto, la réplica de la espada de Bolívar que le fue otorgada al genocida asesino de Raúl Castro el sábado pasado en Miraflores, estoy supremamente seguro de que regresará a Venezuela más temprano que tarde a reposar en puerto seguro, y algún día será ofrendada a un verdadero demócrata hispanoamericano.
“Más cuesta mantener el equilibrio de la Libertad que soportar el peso de la tiranía”
Simón Bolívar
¡Patria, Democracia y Libertad!
