No nos movemos
(%=Image(3785084,»L»)%)
Como un gran tsunami aparece la oposición en el Zulia. Es inocultable el ascenso vertiginoso de los candidatos zulianos de la Mesa de la Unidad Democrática, (MUD), a las elecciones parlamentarias del próximo 26 de septiembre. En los estratos bajos y medios las encuestas señalan el fervor que suscitan cada una de las candidaturas en los distintos circuitos del Zulia. Hasta en los sectores más jóvenes que siempre se muestran apáticos a la hora de cualquier consulta electoral se nota que el entusiasmo es desbordante. Para estos nuevos electores los candidatos de la zulianidad representan el rechazo a las políticas oficialistas de racionamiento, expropiaciones y desprecio por el Zulia. Hay un divorcio entre los candidatos del oficialismo chavista y la sociedad civil la misma que padece la más grave crisis en la historia de Venezuela en el más brutal de los paquetes económicos neo-liberal y capitalista llamado “socialismo del siglo XXI”. Da la impresión de que el estado Zulia tuviera las ruedas detenidas, frenadas que le impiden avanzar. Pareciera que no nos moviéramos. Que estamos en el mismo sitio. En ocasiones caminando hacia atrás. No terminamos de avanzar. Cada día hay menos esperanzas de encontrar el rumbo requerido. Los planes no andan. Solo se quedan en el papel y las palabras. Las mafias apostadas en el gobierno central paralizan cualquier iniciativa que signifique progreso y desarrollo. Los especuladores actúan impunemente. No hay fuerza que los detenga. La inflación avanza y el gobierno se nota débil para conjurarla empobreciendo a buena parte del Zulia. La delincuencia y la inseguridad se expanden sin que nadie pueda controlarlas. En el Zulia estamos en una dramática emergencia y desde Caracas se quiere gobernar con procedimientos ordinarios y de rutina cuando parecemos una zona de guerra sin lo más elemental: agua y electricidad. Se desmoronan los pasos descentralizadores dados en otras épocas en el Zulia. De esta forma, los candidatos de la oposición a la Asamblea Nacional captan la inconformidad, el descontento y la incertidumbre generalizada que hoy sienten los zulianos. La gente en el Zulia no olvida sus dirigentes presos como Oswaldo Álvarez Paz o exiliado como Manuel Rosales, las expropiaciones a dedo, de fincas, empresas y sedes comerciales para imponer un régimen comunista teniendo como modelo a la Cuba castrista que los venezolanos han rechazado una y otra vez. Los candidatos de la oposición democrática por el Zulia tienen el momento estelar de elevar sus propuestas de país que ayuden a salir del marasmo que vive Venezuela. La Mesa de la Unidad Democrática con la diversidad de pensamientos en la más absoluta amplitud democrática interpretan los intereses de la región con valentía, lucidèz y patriotismo sin complejos ni subordinaciones enfrentando intereses muy poderosos, representados por èste centralismo asfixiante. Las elecciones del 26 de septiembre son extremadamente decisivas para Venezuela y el Zulia. Es un asunto de vida o muerte. Sería irresponsable que los zulianos dispensaran desgano o indiferencia donde se juega el destino y el porvenir del Zulia y el de Venezuela. El 26 de septiembre es el momento de votar y defender el voto y salir de esta pesadilla que parece ya a un calvario.
