Opinión Nacional

No se puede tapar la pudrición

Los ambientadores no quitan el mal olor de los alimentos podridos. Los tapan con trapos rojos y nada éste se hace más penetrante. El gobierno quiere distraer a la opinión pública del escándalo de los alimentos que se localizaron descompuestos o vencidos en diferentes puertos y galpones del país. Una especie de “desodorante ambiental” que aleje la hediondez que cubre toda Venezuela. Un ejercicio muy común del régimen. Pero nada el hedor sigue y no logran disipar el fétido ambiente de alimentos descompuestos.

En los últimos días se encontraron más de 100 millones de kilos de pollo, carne, leche y arroz que debía ser distribuido por PDVAL en un programa de alimentación financiado por PDVSA.  Ante los hechos concretos  de la comida en mal estado los altos funcionarios serviles del régimen evaden las responsabilidades culpando a la empresa privada o a funcionarios de bajo nivel de su fracaso  intentando ocultar sus presuntos manejos dolosos y negligencia. Son abrumadoras las acusaciones. Las denuncias y pruebas aportadas por periodistas y dirigentes de la oposición democrática  dejan ver contratos millonarios de una clase política muy parecida a esos animales de carroña que sobre los despojos de un cadáver en descomposición lucen voraces y ávidos por comer la mejor presa.

Pero, ¿dónde esta la justicia venezolana? ¿ la Fiscalía? que fue muy expedita en activar una privativa de libertad en contra de Guillermo Zuloaga presidente de Globovisión o cuando detuvieron a Oswaldo Álvarez Paz, o a los periodistas Pancho Pérez y Leocenis García.

Se está recurriendo al chantaje tratando de acabar con la libertad de expresión y de información, un derecho constitucional que no es concesión del gobierno, es el resultado del coraje en el ejercicio del periodismo y la responsabilidad de los medios independientes.

En estos casos, los jueces  y fiscales son benévolos con sus partidarios al dictarles penas muy leves mientras, en cambio, con la oposición democrática se aplica todo el peso de la ley.

Produce asco la descomposición moral que despide el olor repulsivo de los containers y el desempeño de los funcionarios rojos rojitos. Más aun cuando la mayoría hace sacrificios para sobrevivir sin nada, mientras, una minoría se aprovecha de las dificultades que vive el país para enriquecerse impúdicamente.

Son los altos funcionarios importadores de comida del gobierno que en medio de la oscuridad y llenos de ansiedad acumulan productos  y así ganarse un buen dinero en dólares porque el bolívar está devaluado

Es una bofetada al país que no se puede permitir y lo que mas indigna es que este hecho ocurre cuando vivimos la más grave escasez de alimentos y donde la comida de todos depende de las importaciones porque ¡no producimos nada!

Este gobierno de la mentira y el engaño nos ha hecho que dependamos más de lo que compramos en el exterior. No es verdad que tengamos “soberanía alimentaria”. Nos confunden con personas ilusas que no creemos lo que ven nuestros ojos. Puertos llenos de comida importada y la jugosa comisión “pà encima” como decimos en el Zulia.

Gracias a Dios el próximo 26 de septiembre el Zulia  dará la pauta y elegiremos una nueva Asamblea Nacional plural y en donde comenzará el cambio democrático y de unidad nacional.

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