Nuestro Monte Sacro

¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!.-
Simón Bolívar, Juramento en el Monte Sacro, Roma, 15 de agosto de 1805.

Sí, 15 de agosto fue el día en que juró Bolívar por la libertad de su país. Coincidencias, casualidades o una jugarreta de la historia. Doscientos años han transcurrido de ese juramento que hizo de Bolívar el Libertador de cinco países, entre ellos, el suyo propio, esta Venezuela a la que amó por encima de su vida, de su familia, de sus bienes. Mucha agua ha corrido desde entonces y el país, con sus altas y sus bajas, ha salido adelante siempre buscando la senda de libertad que nos legó aquel caraqueño ilustre y su grupo de próceres que supieron escribir la partida de nacimiento de un pueblo libre.

Montoneras, guerrillas, revueltas, guerras, han atormentado a esta nación pero al final, siempre ha sabido buscar a la luz. Quizás el período más largo de paz fueron estos últimos 40 años en los cuales una democracia imperfecta -mas perfectible- sembró progreso pero descuidó el monstruo que acaba con la paz de cualquier régimen: la pobreza. Paupérrimos económicamente, paupérrimos moralmente, paupérrimos educacionalmente, esa pobreza fue el caldo de cultivo de la revolución de pacotilla que hoy consume vorazmente las ingentes riquezas de la nación.

Como siempre, la distribución de la riqueza es desigual, pero ahora también es infame: sólo acceden a las dádivas quienes se arrodillan ante un caudillo trastornado por el poder inesperado y por el odio que su misma condición inferior ha cultivado en su alma. Reparte el dinero que es de todos los venezolanos sólo entre los suyos, entre aquellos que por hambre o por astucia abren sus manos para cobrar, a cambio de vender su voluntad ciudadana. Los chavistas con pasados adecopeyanos saben y recuerdan que los bloques y las planchas de zinc regaladas a diestra y siniestra entre los humildes nunca les hicieron ganar elecciones. Pero el actual inquilino de Miraflores no lo sabe, suple la sabiduría política con la astucia instintiva, casi animal, que lo ha eyectado a los más altos planos. Rápido comprendió que existe gente que tiene precio y que sólo hay que llegar a él.

La oposición, con un liderazgo tan heterogéneo como contradictorio, sigue su instinto democrático ante la carencia de líneas únicas como las del contrario a vencer. Pero el fino olfato de los venezolanos y sus genes insurrectos lo hacen rechazar a un régimen que sin moral alguna critica lo anterior sin reconocer que comete peores fechorías en nombre de una revolución que desaparecerá cuando su caudillo lo haga, porque está basada en la prebenda, en mercenarios, en el pillaje y el vandalismo. Cuando el imperio de la ley se imponga en Venezuela, decantaremos a los delincuentes de los verdaderos revolucionarios. A estos (que son realmente una minoría) los respetaremos, pero a aquellos los meteremos a la cárcel para que paguen la inmensa deuda que tienen con el país, con sus ciudadanos. No puede haber democracia sin justicia y no puede existir República sin leyes que exterminen la impunidad.

Los venezolanos que hoy se encuentran en la oposición están legalmente desamparados, como Henrique Capriles Radonsky, como los presos del Táchira, como el Gral. Carlos Alfonso Martínez, como las decenas de ciudadanos militares y civiles a quienes la Fiscalía ha hecho imputaciones. Ellos no tienen instancia alguna a la cual acudir y sólo pueden esperar justicia cuando este régimen monocaudillesco caiga ante una avalancha de votos el 15 de agosto próximo. Quizás no haya unidad de criterios en torno al después, ni siquiera en cuanto al proyecto país del futuro, pero sí hay una considerable cantidad de ciudadanos excluidos por este gobierno por disentir de él, que saben que su única esperanza de poder vivir en libertad es expulsando del poder a esta pandilla corrupta e incapaz.

El tiempo se les acabó. Casi seis años han sido más que suficientes para comprobar que los ideales revolucionarios no se podrán imponer jamás sin capacidad académica, sin conocimientos del funcionamiento del Estado, sin respeto hacia los gobernados, sin acatamiento de los compromisos internacionales y sobre todo, creyendo que se ha comprado el país con unos votos cuando sólo son inquilinos de un poder cuyo dueño absoluto es el ciudadano, ese mismo que hoy atropellan y humillan.

Quien no entienda esto así, seguramente cree que su voto no es necesario el 15 de agosto, quien no sepa que es su responsabilidad lo que suceda con nuestra historia próxima estará pensando dónde pasar las vacaciones escolares; quien no tiene familia, capital o sentir venezolano, tal vez no vote el 15 de agosto. Por estas personas y por aquellas que se venden por un plato de lentejas es que corremos el riesgo de perder al país. Si usted tiene alguno de estos ejemplares a su alrededor, es hora de hablar, de convencer, de evangelizar. El 15 de agosto será la última oportunidad en muchos pero muchos años, para encontrar una salida pacífica a la dictadura que nos ahoga. Siguiendo con las casualidades históricas, el 15 de agosto Chávez cumple 2.021 días en la Presidencia. Hagamos nuestro propio juramento de Monte Sacro, y como Bolívar aquel 15 de agosto de 1805, cumplámoslo a costa de lo que sea.

AQUÍ ENTRE NOS

A los nuevos nacionalizados les exigen presentar la gaceta oficial donde aparece su nacionalización para sacarles la cédula. El requisito parecería bueno, si no fuera por el exorbitante precio que tiene ahora la Gaceta: Bs. 40.000 en Caracas y Bs. 50.000 en el interior. ¿Quién estará guisando allí?… Bien preocupado el gobierno venezolano tras el anuncio de la Opep de aumentar en 2 millones de barriles diarios la producción de crudo del cartel a partir del 1° de julio y agregar otros 500 mil en las próximas semanas. Venezuela está produciendo alrededor de 800.000 barriles por debajo de su cupo, por causas como la desinversión en el área de exploración, la falta de mantenimiento de los pozos, aunado a la impericia del personal de la “nueva” Pdvsa. El Ministro de Energía Rafael Ramírez ya hace lobby con sus colegas de la OPEP sobre la “inconveniencia” de ese aumento, que deberá decidirse en la reunión de la organización el 21 de este mes en Viena, Austria. De aprobarse, Venezuela no podrá cumplir con su alícuota en el aumento de producción, quedando de una vez desnuda la realidad petrolera del país…Para el show de campaña armado por Chávez con la venia de una vergonzosa Fuerza Armada el 5 de julio, vinieron de todas partes del país grupos folklóricos pagados con presupuesto de organismos del estado. Exactamente 2.039 personas fueron trasladadas, alojadas, vestidas, alimentadas y pagadas para el espectáculo de la campaña de Santa Inés. ¿Y el CNE?, pues sentado en la tribuna, aplaudiendo el sainete… Por cierto que en la reunión entre los medios públicos y privados con el Ministro de Comunicación Jesse Chacón, se planteó el asunto de las cadenas, consideradas como un ventajismo inaceptable del gobierno por parte de los medios privados. Chacón amenazó con que si no les transmitían las cuñas, Chávez estaría en cadenas todos los días. Se firmó un acuerdo por el cual el CNE otorgaría la misma cantidad de publicidad para el Sí y para el NO, el cual sería pagado a los medios con crédito fiscal. Pero los medios aceptaron y Chávez continua en cadena, sin que el CNE medie palabra contra el abuso presidencial. Por eso RCTV no transmite las cuñas del NO y los otros medios están considerando sacarlas del aire cada vez que haya una cadena….En Valencia, una enorme cola de chinos duermen, comen y hacen sus necesidades desde hace 3 días ante las puertas del INCE, donde les ofrecieron darles la cédula sin saber siquiera decir “chévere”, a cambio de su NO por el Comandante. Y después dicen que no es traición a la Patria este crimen contra la seguridad y soberanía del país….Hasta el próximo miércoles.