Opinión Nacional

¿Nuevo tiempo 1?

¿Por qué tanto esfuerzo del actual “comandante golpista indultado 1”(cgi1) en tratar de demostrarle al “mundo” su legitimidad democrática a estas alturas, luego de 5 años en el poder? ¿Para qué necesitan todos los hijos del “cesarismo” y del “bonapartismo”, tal como ha demostrado ser él, Constitución, Elección y todo cuanto integra y contiene una Democracia Constitucional actual? ¿A quién pretende engañar: al “Mundo”, al “Pueblo Soberano”, a “sí mismo?”. ¿Acaso piensa y cree un “autócrata” como el cgi1 que mostrando a cada momento “su Constitución, su librito azul, su bicha”, adquiere mayor rango y respeto democrático? ¿Y por qué no deducir que con el paso del tiempo, tal como ha sucedido, se convertirá, por su propia actuación, seguramente, en la primera victima de su nefasta maquinación?.

Electoralmente, tomando en cuenta el total universo de electores venezolanos, nunca ha tenido el respaldo de la mayoría. Llegó al poder gracias a la mayor minoría. Defecto del sistema que debe ser corregido con prontitud. Es bueno recordar que igual suerte transitó la aprobación a la nueva Constitución.

Sus promesas electorales, luego de 5 años, han resultado “Demagógicas”. Sin temor a equivocarnos le podemos buscar semejanzas a Cleón, personaje de la Comedia Los Caballeros, de Aristófanes, en la antigua Grecia.

Si las Constituciones escritas, en algún momento, sirvieron para encuadrar y regular el ejercicio del poder en beneficio de la libertad de los ciudadanos, eso, hoy, en esta nueva Republica Bolivariana, no es en lo formal y ni de hecho, ninguna garantía; tampoco para la distribución del poder y mucho menos para limitarlo y controlarlo.

Una vez mas se demuestra que, en algunos casos y circunstancias, una Constitución escrita es aplicada para enmascarar un Régimen Político déspota y tiránico. Se usa como eufemismo para concentrar el poder en un solo detentador, en un “pichón” de tirano, además, tutelado. Le esta quitando, todos los días, a la Constitución, una de sus bases fundamentales: distribuir e institucionalizar el ejercicio del poder político.

Afortunadamente, para consuelo de los demócratas constitucionales actuales, el cgi1 está tropezando con un valor casi universal de nuestro tiempo y muchas veces invocado por él: ningún sistema político actual puede rechazar abiertamente la ideología democrática fundamentada en que el poder emana del “pueblo soberano” y que el ejercicio de ese poder solamente es legitimo cuando “el pueblo”, mediante el sufragio, lo aprueba. El pueblo, hoy por hoy, es la fuente legitima del poder político.

Pero, también hay que recordar que para los que usan “guachos” de Maquiavelo, mal copiados e interpretados, todo lo relativo a la Constitución Democrática es una fachada para esconder sus verdaderos objetivos: la toma y ejercicio del poder a sus anchas.

Al “pueblo” se le muestra la forma constitucional, el documento, el librito, la bicha; pero se le priva del contenido de la misma, no se le da cumplimiento.

La Constitución en manos del cgi1 pasó de ser un instrumento de “libertad del pueblo” a un instrumento de “opresión del pueblo”.

Existen, en la “bicha” varios detentadores del poder(ejecutivo, legislativo, judicial, moral, electoral) en lo formal, en el papel, cuya finalidad estaba determinada a limitar el poder absoluto, a evitar una “dictadura”, a evitar una “mafia” en el poder, a evitar la entronización de un partido o grupo de ellos en el poder y para que se ejercieran mutuos controles sobre el poder; pero en la practica sucedió “todo lo contrario”, esos poderes están, ahora, en manos de un solo detentador del poder, el ejecutivo, en manos del cgi1, en 5 años se las ingenio para eliminar cualquier limite a su poder absoluto y acabó con los controles mutuos. Así de sencillo.

El “soberano” está “secuestrado” por el cgi1, como antes otros pueblos, en manos de Cesar, Napoleón, de tantos y tantos autócratas, etc. Con algunas notables, entre otras, diferencias. Aquí y ahora, nuestra sociedad tiene cierto grado de madurez y organización frente al poder único mas la acumulación de experiencia más el contexto internacional mas la real politic local.

La Constitución comenzó a perder vigencia cuando aparecieron tantos gobiernos autocráticos con camuflaje constitucional. Y la guinda fue toda la gama comunista del poder, hasta hoy. Todo eso cambió. El mundo es otro y Venezuela también.

El “soberano”, de nuevo, está a punto, a escasos días, utilizando “la bicha”, de retomar, en buena lid, el camino cierto de la libertad y de la democracia. Como en otros tiempos. Nuevo tiempo. Vale.

(*): Politólogo – Caracas, Venezuela

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