Operativos

Ya nos hemos acostumbrado a la frase: “Operativo de Carnaval”, Operativo de
Semana Santa”, “Operativo de Navidad y Año Nuevo”. Es como si se quisiera
decir que en otras épocas del año no hay necesidad de cuidar playas,
autopistas, carreteras y propiedades. Es como si soslayara la emergencia de
todos los días, para concentrarse en fechas especiales.

Es, lamentablemente así lo vemos, como si importara “muy poco” la suerte de
los ciudadanos en cualquier época del año, menos, naturalmente, en las
señaladas de manera especial.

La situación se nos antoja – a nosotros, no sabemos si a usted – como una
discriminación, y por ser discriminatoria es odiosa, entre la importancia
que se da a los ciudadanos en una y otra fecha.

Y es que, según hemos podido saber, en muchas dependencias oficiales, se
esperan los “operativos”, con gran impaciencia. En esos momentos, no hay
control presupuestario y los gastos se multiplican. En los “operativos”, se
trabaja más, es verdad, pero también se gana más, porque las horas extras,
las comidas, así digan lo contrario, no tienen limites y la rigidez del
cuartel se convierte, por obra y gracia del “operativo”, en “una de
compañerismo y de colegallo”, que merece la pena vivir.

El “operativo”, en una frase corta y que lo dice todo. Es sacudirse el
polvo de la rutina. El “operativo” es trabajar, no lo negamos, pero también
“gozaaaaaa” y mas “gozaaaa”. Los hemos vivido de cerca. Aquello de
comprar la comida, sin faltar una que otra botellita encaletada, los platos
de plástico, para no fregar mucho, con cubiertos de plástico y vasos de
plástico o cartón, para echarlos en las bolsas grandotas que son parte
importantes dentro de la compra para los “operativos”.

Habrá quien se sienta tocado en su orgullo de funcionario por esta nota,
pero ninguno se atrevería a negarlo públicamente, porque quien esto escribe,
ha participado en “operativos”.