¿Orden o bochinche?
¡Bochinche; bochinche!, así están las cosas hoy en un país conducido por quienes promueven y estimulan el tumulto, el barullo, el alboroto y la asonada constantemente y por ello no podemos menos que justificar ésa exclamación del precursor Francisco Miranda, al ser entregado por los patriotas a Monteverde al caer la Primera República. Venezuela vive en los últimos años un estado de shock permanente estimulado deliberadamente por un gobierno corrupto y corruptor que no tiene límites ni se inmuta en lo más mínimo para imponer a como de lugar su criterio sin medir las consecuencias. Estamos llegando al llegadero, a decir del pueblo, pues desde el mismo Miraflores truenan cual metralla incontenible las incoherencias e improperios más desproporcionados de todo calibre. ¡Métanse sus medios por el… bolsillo! Dijo a los editores ¡Aquí te tengo lo tuyo! Le dijo a su ex –esposa. ¡Páez es un traidor!, repite constantemente, ¡el Papa está equivocado y debe disculparse!, expresó recientemente, y así va construyendo o mas bien destruyendo con su encendido verbo la unidad de la familia y las instituciones más variadas de un país que como el nuestro es amante de la paz y la concordia. Si bien entendemos Venezuela voto por un cambio, pero percibido hacia delante con visión de patria, socialismo o muerte, progreso e incluyente y no por la propuesta de quien prometió un día acabar con la ignominia de los niños e indigentes de la calle, de la reconstrucción total de Vargas y de acabar definitivamente con la incapacidad y corrupción de todos los gobiernos anteriores. Los resultados después de casi nueve años de gobierno están a la vista. Los venezolanos no queremos una paz o una “DEMOCRACIA” como la cubana, pues allá como expresa Chávez cansonamente, nadie roba y es cierto porque no se consigue nada para robar; muy pocos usan desodorante, pasta dental, papel higiénico, perfume o tinte para el cabello, amén del drama para comer completo y balanceado que es sólo un privilegio para los encumbrados camaradas del régimen ya que el populacho debe conformarse con pura malanga y lengua. Este pueblo tampoco desea ni mucho menos anhela una libertad política o de expresión e información tan “excelsa” y amplia como la de Cuba, en donde solo se ve y escucha la voz del amo por radio Habana, Cuba TV o el periódico oficialista Granma. Si todo eso fuera tan sabroso como afirmaba Fidel y ahora su más leal y obediente pupilo, entonces ¿Porqué tantos o miles de estos ciudadanos arriesgan todos los días y todos los años sus vidas por salir de allí? ¿Porqué más bien no se agolpa la gente de todo el mundo haciendo colas para establecerse en Cuba como sucede en España, Dubai o Chile? ¡Por algo será!. Este país definitivamente quiere un futuro sólido accediendo sin condiciones al progreso y bienestar, no veo a nuestra juventud deportiva, por ejemplo, afanándose en ser campeones mundiales en trompo o metras, perinola o gurrufío; por que eso del béisbol, fútbol o básquet, son aberrantes pasatiempos del imperio para dominarnos y someternos definitivamente a la horrorosa esclavitud de la globalización y de Internet, que por supuesto contrarían los postulados del socialismo del siglo XXI, promotor indiscutible de la “pluralidad” de un solo partido, un solo jefe y un solo pensamiento. No creo entonces equivocarme al afirmar que éste régimen con el posible cierre de RCTV (pues tengo mis dudas), encenderá la alarma y colmará la paciencia de propios y extraños para una confrontación en todos los frentes hasta ahora nunca vista, no por lo violento, sino por lo consistente y contundente, cuyas consecuencias están por aún determinarse. Ojala prive la sensatez si todavía queda algo de ella, para evitar aunque tarde, lo que parece inevitable.
