Para botar por la ventana
Hace un año, en esta misma fecha, escribí un artículo en el que hacía referencia a la sana costumbre que tienen los italianos el 31 de diciembre, que para comenzar el año nuevo con la casa desprovista de males, botan por la ventana las cosas que quieren dejar en el pasado para que no se repitan en el presente. Hoy vuelvo a hacer la lista de todo lo que quiero botar por la ventana:
A los ineptos que tienen algún cargo de importancia y que están acabando con el país.
A las cuarenta y nueve leyes de la Habilitante.
A los que elaboraron esas leyes.
A los que deben rectificar y no quieren rectificar.
A los que se engañan a sí mismos.
A los que contribuyen a engañar a los que se engañan a sí mismos.
A los que tienen el alma llena de resentimientos.
A los arrastrados.
A los más arrastrados.
A los arrastradísimos.
A los atorrantes.
A los más gritones.
A los que antes eran mayoría y ahora son minoría, y que a pesar de ello siguen actuando con ínfulas de mayoría.
A los que le mienten descaradamente al pueblo.
A los «revolucionarios» que usan relojes Cartier, manejan Mercedes Benz y viven en pent-houses de lujo.
A las cadenas presidenciales.
A las revoluciones armadas contra el pueblo desarmado.
A los que se hacen los locos frente a trampas, robos y hechos de corrupción.
A las hordas de maleantes que llegan a desintegrar marchas pacíficas y autorizadas.
A los que realizan marchas y concentraciones no autorizadas.
A los que ven oligarcas por todas partes, se enfurecen, los insultan y luego se deprimen.
A los que creen que van a engañar a los campesinos con la Ley de Tierras.
A los miles de delincuentes que andan sueltos.
A los responsables de que esos miles de delincuentes anden sueltos.
A los violadores, sádicos y a sus cómplices.
A los redactores del artículo 393 del Código Penal que establece que en los delitos. sexuales cometidos contra prostitutas, la pena se reduce a una quinta parte.
A los funcionarios del gobierno que creyeron que el paro no era tal, sino que muchas compañías ya habían dado vacaciones colectivas.
A los pocos que trabajaron el día del paro.
A los que creen que los militares van a permitir o serán cómplices de un gobierno antidemocrático.
A los pocos militares que pudieran estar dispuestos a apoyar un gobierno.antidemocrático.
A la noción de «Estado Docente».
A algunos funcionarios del Ministerio de Educación y del recién creado Ministerio de Educación Superior.
A los que desvirtúan la función de la escuela.
A los que piensan que la globalización es demoníaca.
A los que se alegraron por el atentado contra el World Trade Center.
A los talibanes venezolanos.
A los talibanes afganos.
A cualquier otro talibán.
Cosas que no sirven, que sobran, que no nos gustan, que no son útiles, que queremos dejar en el pasado para vivir en paz en el presente y tener un futuro próspero y esperanzador.
