Opinión Nacional

Por ellos aunque mal paguen

Sigo creyendo que debemos ir a votar por la inalterable razón de no regalarle al régimen todos los espacios de la estructura del Estado, aunque lo evidente es que a esta “oposición” le irá cada vez peor en sus resultados electorales, aunque tenga más votos. El 16 de Diciembre serán desalojados de varias gobernaciones claves los cuentadantes opositores, a quienes no les premiarán esta vez su obsecuencia por “tantos años de sacrificios”.

La “reingeniería electoral” del aparataje ventajista del CNE chavista y los matemáticos de escrutinios antojadizos del régimen, ya le buscan la vuelta que quizá resguarde la asignación de algunas migajas para algún segmento opositor, mientras otros serán sacados del juego.

De alguna manera la gente ya concluyó, hace mucho más tiempo que los políticos, que TODO en Venezuela emana del poder central arbitrario y paternalista del Ejecutivo Nacional y que en tiempos de Chávez, resulta casi superfluo creer que los mandatarios locales puedan sustraer sus regiones de la ruina general y de las prácticas disparatadas que realiza el mandamás, con el voluminoso reparto extra-presupuestario, del que se abrogó su exclusiva distribución.

La estricta verdad es que el grueso de nuestra gente está abandonando a su suerte a los ya rayados liderazgos regionales. La Oposición se “Caprileó, y dejó de entusiasmar a muchos, porque sencillamente no ven diferencias entre la horrible ineficiencia de los rojos y lo solo decorativo que están resultando los gobernadores de oposición, que ya sin ningunas competencias ni recursos, solo les ha quedado repartir los chequecitos a la clientela y guardarse las comisiones de los contratistas amigos.

La actual paradoja política dibuja que mientras más abyecta sea la sumisión de opositores plañideras ante el régimen, éste les condena a jugar al papel marginal de reducidos al rol de tapetes, que solo sirven para limpiar las patas de los que entran a la mansión del poder del déspota.

Hemos entrado ahora, luego del 7-O a una etapa de resignaciones suicidas, porque el régimen ya pudo, con la complicidad abierta del sifrinaje electorero y hasta con un candidato que personificaría luego la capitulación, terminar de aceitar la maquinaria del fraude perfecto, que consistió en montar esa enorme clientela de sujeción por hambre, o por facilidades de movilidad social ascendente derivadas de la rapiña de dineros públicos y traducir esto, mediante un “arbitro electoral” de esbirros del gobierno, en una mayoría institucional “confiable”.

Vivimos una “percepción de normalidad”, difundida por el gobierno, como si fuésemos espectadores de una película ajena a nosotros, donde el régimen juzga como baladíes no pocas de nuestras desgracias actuales y esto es percibido por la población con alarma creciente.

Vivimos la más poderosa paradoja al percibirnos a contrapelo de los “triunfos” electorales del chavismo, en medio de un país empeorado en todo los órdenes, de donde emergen matrices de opinión, que son reflejos contundentes de la crisis real que se profundiza irremediablemente y sigue abriéndose paso con fenómenos masivos y profundos de desgobierno, de putrefacción social , con síntomas severos de tendencias centrifugas en la economía… y si es cierto que nos visitará la muy oportuna «pelona”, al más alto nivel de ”soluciones”, en el curso de los próximos meses, aquí lo que viene es joropo, y el sifrinaje no sabe bailarlo.

Un gobierno solo capaz de repartir masivamente dólares para traer pinos, cohetes y adornos navideños, mientras condena al cierre a las plantas productoras de alimentos concentrados para animales, por falta de insumos importados, para las cuáles no hay un solo dólar, lanzando a la ruina a todo un segmento del campo venezolano, es la señal inequívoca que se ha llegado al colmo.

El espeluznante brote especulativo contra el Bolívar “Fuerte”, que se fue definitivamente al demonio, forzando una pronta devaluación, más bien parece una grosera artimaña desesperada del gobierno, para el cierre de cuentas de fin de año y así abrir 2013 con un panorama de caos que les permita aplicar nuevas grandes tropelías contra el mercado y las propiedades privadas, para alimentar el insaciable monstruo del clientelismo. Ellos quieren más, desean llegar cuanto antes a la soñada tarjeta castrista de racionamiento, y a la idiotez del trueque, propios de la pea ideológica estatista del comandante.

Mientras toda la nación marcha hacia la deriva económica, social e institucional, solo a ingenuos o cínicos sin remedio se les puede ocurrir que figurines mediáticos pasajeros puedan mantenerse a flote después de estruendosos fracasos electorales y lidiar con la espantosa crisis que esta gestándose.

El gran pleito que viene, y que pasará por la pelea a cuchillo en el PSUV y en la propia oposición, hará hegemónico el liderazgo que convoque a la confrontación y gane, o quien tenga la solvencia social y política para proponer y sacar adelante un reequilibrio de fuerzas negociado a favor de la democracia a la cabeza del Estado. “Los muertos que vos matasteis gozan de buena salud”. Si AD es capaz de reinventarse todo es posible.

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