Opinión Nacional

¿Por quién lucho?

“La estupidez humana no tiene límites y el espíritu gregario se extiende por un mundo en el que escasean las ideas y una mayoría sigue ciegamente a cualquier falso líder. Si alguien habla con fuerza y asegura estar en posesión de la verdad, es seguido de inmediato por una masa enfervorizada y deseosa de encontrar un guía que les lleve de la mano, que decida por ellos. Desgraciadamente aún quedan muchas de estas personas que no han sabido madurar, que necesitan de una tutela permanente, que alguien les señale el camino. Son adultos que no se atreven a dejar de ser niños, que temen adquirir responsabilidades y eluden cualquier compromiso. Suelen culpar al gobierno de todos los males de la sociedad, como culpan a su propia familia de sus fracasos. Son los mismos que se dejan manipular por cualquier político populista al que disculpan sus errores y faltas en materia económica por muy graves que sean. Miran para otro lado ante cualquier imagen que pudiera despertar sus adormecidas conciencias” Leía este texto de Carlos Rodríguez y con dolor en el alma vi el retrato vivo de mi pueblo, se que estos comentarios generan sentimientos y opiniones encontradas; pero me arriesgo a enfocaros ya que es un deber enfrentar nuestra verdad por mucho que nos duela.

Cuando veo una Pick Up, casi volando, full de adultos y de niños guindando hasta desbordarse, tomando cerveza y estrellando la botella vacía en la acera, debo aceptar que esa conducta aplica también al resto del quehacer ciudadano. Carajo que rabia da, que impotencia siento. Esos mismos vecinos viven de picardía en picardía, de trampa en trampa, buscando atajos y el camino fácil de las cosas, dan poca importancia a la fuerza de cambio que él representa, y por picaros pen… se prestan como tontos útiles para perpetuar a zánganos indolentes en posiciones de gobierno que deciden nuestra calidad de vida.

Tristemente votamos pero no elegimos, nos dejamos encantar por politiqueros de oficio, recuerdo el proverbio árabe que dice “Si me engañas, la primera vez es culpa tuya. Si me engañas por segunda vez, es culpa mía” Quiero pensar que la madurez social toca a nuestra puerta y que un profundo cambio de conducta nos hace despertar con hambre de justicia social y con sed de participación ciudadana. Aspiro la seguridad de luchar no solo por mi familia y mi entorno de amigos si no que la lucha es por una inmensa mayoría que sabe lo que quiere, que piensa en un futuro digno para él y sus hijos, que ofrece su mano de ayuda sin preguntar de que partido o color es el necesitado, quiero seguir luchando por aquellos que aprendieron de sus errores y apoyan a otros para que no los cometan. A veces siento flaqueza cuando veo la Pick Up, lo confieso, soy humano y la realidad no perdona, te pega de frente en la cara; pero respiro profundo abrazando a mis hijos y me repotencio, dejo el pesimismo atrás para concentrarme otra vez en la lucha que incluye a todos, oficialismo, oposición y aquellos que estamos en el centro, sin odios ni rencores.

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