Opinión Nacional

¿Qué pasó?

Esta pregunta nos la hicimos más 6 millones de venezolanos el domingo 7 de octubre. La misma pregunta se la han hecho muchos analistas y politólogos fuera de Venezuela. ¿Cómo es posible que hasta último momento se daba por seguro el triunfo de Henrique Capriles y de pronto los números se voltearon como si fuera una tortilla?

Acepto la afirmación del propio Capriles, de Leopoldo López, de Ramón Guillermo Aveledo y muchos otros líderes de la oposición quienes aseguran que no hubo fraude y aceptan el resultado de aquella gesta comicial.

Eso no impide, tratar de encontrar la explicación de lo ocurrido. Se han dado muchas interpretaciones. Yo tengo mi propia apreciación. Para mí los principales factores que influyeron en el resultado de la elección fueron dos:

El primero lo encontramos en una frase lapidaria de El Libertador quien dijo: «un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción». No profundizo en esto porque lo que dijo Bolívar se explica por sí solo.

El otro factor lo ubico en otra frase lapidaria, esta vez pronunciada por María Corina Machado, cuando dijo: «el país tiene un sistema electoral perverso» que impide al ciudadano ejercer su derecho a elegir en condiciones de libertad, transparencia y justicia.

Esto me permite traer a colación – sin pretender atribuirme condiciones de visionario que el 13 de diciembre de 2006 publiqué en este mismo diario un artículo titulado: «Es urgente reformar el sistema electoral» en el cual, entre otras cosas dije, refiriéndome a la elección presidencial del 3 de diciembre de 2006, lo siguiente: «ha quedado evidenciado que el sistema electoral venezolano no ofrece confianza porque no garantiza la transparencia necesaria para ofrecer al elector la seguridad de que su voluntad expresada en las urnas ha sido debidamente respetada».

En el mismo artículo señalé: «algunos observadores internacionales que presenciaron la elección presidencial del 2006 también consideran que el sistema electoral venezolano es inadecuado. Uno de ellos advirtió que si no se modifica el sistema electoral los venezolanos «tendrán a Chávez hasta el año 2040». Estoy totalmente de acuerdo.

La rectora Tibisay Lucena reiteradamente afirma que el sistema electoral venezolano es el mejor del mundo y está totalmente blindado. Lo primero es una manifestación más de la jactancia que caracteriza al régimen, comenzando por el propio gobernante ahora reelecto. Lo segundo puede ser cierto pero no porque proteja el voto del ciudadano sino porque está concebido en forma tal que, como ha quedado demostrado, le otorga al órgano electoral capacidad para legislar y/o interpretar la normativa para favorecer al candidato de su preferencia. Además, permite los abusos de poder, los actos de corrupción, el peculado de uso, las violaciones reiteradas de la Constitución, que han caracterizado todos los eventos electorales realizados en el país en los últimos 14 años.. Ese sistema electoral es el que, como dijo también María Corina, permitió al primer mandatario ganar la elección apoyándose en el uso corrupto de los recursos y el aparato del Estado, la persecución y la intimidación.

Ahora se sabe cómo fue que viéndose perdido a las 5:30 del domingo 7 de octubre, el candidato oficialista lanzó la operación «remolque» o «remate» para llevar a votar mediante soborno, extorsión y hasta amenazas a todos aquellos beneficiarios de las misiones que no habían sufragado, a los damnificados que no habían votado, incluso trayendo del interior a aquellos que estando registrados en Caracas habían sido ubicados en otros lugares del país. La misma operación se llevó a cabo a todo lo largo y ancho de Venezuela. Para ello se valió de la Guardia Nacional, la milicia, los consejos comunales, «colectivos», la «guardia del pueblo», el «frente motorizado», los grupos de choque fascistas, toda clase de medios de transporte y los recursos provenientes del tesoro nacional bajo la mirada cómplice del ente electoral. Si alguien piensa que exagero, le recomiendo el «Expediente» publicado en este mismo diario el domingo pasado (EU, 14/10/12, Pág. 4-4).

Como dijo Henrique Capriles en la entrevista que publicó este periódico el domingo pasado: (EU 14/10/12, Pág. 1-2), «ellos tienen una estructura brutal. El domingo vimos todo, en cuanto a estructura y poder del gobierno, ¡todo! Eso que vimos nunca lo habíamos visto así, botaron la casa por la ventana y obtuvieron el 55% de los votos. Todas las personas que estaban en la Misión Vivienda, las que estaban en todas las misiones, los llamaron una a una».

Esto explica por qué, a todo lo largo de su campaña el candidato oficialista daba por segura su reelección. Tenía bajo la manga un dispositivo diabólico que, gracias al poder omnímodo que detenta, los recursos del Estado y la asistencia técnica cubana, le permitiría alterar cualquier resultado adverso sin necesidad de intervenir el sistema electrónico de votación.

Evidentemente, con un sistema electoral que permite esos abusos y un ente electoral que se hace la vista gorda ante el ventajismo y la corrupción que rodean la campaña de uno de los candidatos será muy difícil restituir la democracia en el país.

Esto no significa que me encuentre desanimado ni pretendo desanimar a nadie. Participaré en los comicios del 16/12, con el mismo optimismo del 7/10 e invito a todos mis compatriotas a votar ese día. Hago mía la siguiente frase tomada también de la entrevista del HCR del domingo: «a pesar de todo eso no es imposible derrotar al gobierno» Votando el 16/12 y eligiendo el mayor número posible de gobernadores de la oposición podremos comenzar a construir un contrapeso al poder absoluto que pretende tener el reelecto.

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