¡¿Que qué?!
Antes, era muy típico escuchar en calles y casas la frase «¡pórtese bien pa’ que figure!». Pero ahora vivimos en una Venezuela que aplaude el mal comportamiento. Y no hablo del disfrazado, hablo del portarse mal en público y además presumir de ello.
Lo leo en la prensa: «Los tomistas que ‘asaltaron’ en marzo pasado la sala de sesiones del Consejo Universitario de la UCV serán, en buena medida, la representación de esa casa de estudios en el Festival Mundial de Jóvenes y Estudiantes. Entre los asistentes figuran 8 miembros de Utopía, 13 del M-28, 12 de la juventud de V República, 1 de Conive, 1 de Fames, 1 de Ceebi (otras agrupaciones disidentes pero amigas entre sí) y 7 del Centro Alí
Primera…». Simplemente, no lo pude creer. Porque hay cosas que de tan absurdas y descabelladas, resultan imposibles de procesar o tan siquiera medianamente entender, al menos para este cerebro.
Yo no soy estudiante ni egresada de la UCV. Tampoco profesor, investigador o empleado administrativo. Pero me sobran razones de variada índole, tipo, color y sabor para sentirme doliente de nuestra – con justicia – llamada máxima casa de estudios. Me sobran razones para quererla, respetarla y defenderla. Me sobran las razones de un ciudadano venezolano que no es un turista en su propia tierra.
Cuando uno se entera de noticias como ésa, no le queda de otra que arrancar a preguntarse qué clase de virus pernicioso y hasta pecaminoso ha invadido el torrente sanguineo y la conciencia del Estado. ¿Cuánto cuesta la gracia? Bueno, a razón de un par de millones por cabeza, sin considerar el gasto en boletos aéreos (porque es comprensible que no puedan irse en burro) y otros «misceláneos». ¿Cuántos héroes tomistas van? 8 de Utopía, más 13 del M-28, más 12 de la juventud de V República, mas 1 de Conive, más 1 de Fames, más 1 de Ceebi y más 7 del Centro Alí Primera, para un gran total de 43 revolucionarios turistas. Multiplique usted, y caiga en cólico miserere.
¿Qué van a hacer a Argelia? Pues no van aprender de la culinaria argelina; van a nutrirse de ideas para la transformación universitaria.
Así las cosas, estos «niñitos», de profesión nipleros anarquistas profesionales (que nadie venga a pretender venderme sus virtudes, que yo los conocí personalmente), en lugar de recibir severa reprimenda por su muy reprochable actuación y peor aún desempeño, son premiados con la oportunidad de cruzar medio mundo.
Ah, y por allá por el final de la nota en TalCual, también leo: «…La última parada para los viajeros venezolanos después de Argelia será Libia, aunque no se conoce qué harán los estudiantes allí….». No, si ya imagino alguien saliendo con el verso de que van a un intercambio cultural. Segurito que de ida o de vuelta, habrá paradita en París. Segurito que dirán que son iguales el Mayo Francés y el asalto a la sala del Consejo Universitario de la UCV en marzo.
¡Vaya pa’l Callao y vuelva!
