Opinión Nacional

Rebelión chavista

La falta de democracia interna en el partido de gobierno está generando una verdadera rebelión. Aquí mismo, en Aragua, estamos presenciando uno de los mas graves enfrentamientos, que aunque en muchos casos parecieran ser expresiones de apetencias personales, en su gran mayoría son estallidos con un contenido ideológico. Es el enfrentamiento entre dos concepciones políticas: Una que aplica la dictadura para adentro, y la otra que lucha por la democracia. Es en resumen el mismo drama que vivimos todos los venezolanos.

En el MVR jamás se ha producido una elección universal, directa y secreta. Nunca los militantes han podido elegir ni a sus dirigentes, ni a sus candidatos. Las directrices y líneas no son trazadas por el colectivo pues a éste sólo les dicen lo que hay que decir, sólo los usan como repetidores. Son obedientes y no deliberantes. La disidencia se castiga con la expulsión, no se aceptan críticas ni divergencias.Conformar corrientes internas allí es un delito.

El modelo de partido creado por el jefe de la revolución soviética Vladimir Ilich Lenin y bajo el cual se fundó y desarrolló el Partido Comunista, que a pesar de ser concebido como una organización uniclasista, permitía cierto tipo de participación de la militancia. Existían instituciones como el centralismo democrático, según el cual después de discutido un asunto, se votaba y la minoría acataba lo decidido por la mayoría. También se practicaba, con carácter obligatorio, la autocrítica, principio que implicaba el reconocimiento de los errores individuales de dirigentes y simples miembros de la organización. Los núcleos dirigentes eran elegidos democráticamente al igual que los candidatos a organismos de masas. Fue Stalin quien agarró al partido y le desfiguró todas sus manifestaciones de democracia interna para instalar un culto a la personalidad y la jefatura única indiscutible.

Ese modelo se extendió por todo el mundo. Pronto la intelectualidad acogió a los partidos comunistas como suyos al igual que la clase media o “pequeña burguesía”, como se le llamaba. Bajo estas influencias fueron penetrando ideas que suavizaron las tesis del original partido bolchevique, y las fueron transformando a un concepto más suave, más democrático. Fue así como las concepciones socialistas se fueron imponiendo sobre las puramente comunistas. Ese movimiento socialista surgió como rechazo a la dictadura interna instaurada por Joseph Stalin, que en principio se veía como muy sólida, pero pronto se descubrió, que esa gran fuerza no era más que el punto álgido donde se produciría, como en efecto se produjo, la ruptura, el quiebre, el desplome.

Todos los partidos políticos venezolanos se formaron siguiendo el modelo de aquella estructura vertical, pero todos rechazaron implantar un modelo dictatorial interno. Entendieron que si pregonaban un régimen de libertades en Venezuela, no podían aplicar un régimen antidemocrático en lo interno. En muchas oportunidades se celebraron procesos internos conocidos como “primarias”, que concluyeron en divisiones, pero con todo y eso, se ha aceptado ese riesgo, resultando menor que el de implantar una autocracia puertas adentro.

Cuando nació el MVR ya nadie creía en el partido tipo secta. Este nace como un desordenado movimiento de corte electoral, efervescente de entusiasmo por los cambios que se ofrecían, y entonces las multitudes se fueron enamoradas tras aquellos cantos de sirena. Acción Democrática y COPEI se quedaron vacíos, succionados por aquellas poderosas consignas contra la “cogollocracia corrupta”. Nació la “democracia participativa y protagónica”. “¡Constituyente para que el pueblo diseñara el nuevo país! ¡Relegitimación de todos los cargos de elección popular! ¡Concursos para designar los nuevos jueces que le cambiarían el rostro a la justicia puntofijista y tribal!”. ¿Y los partidos? El artículo 67 de la Constitución Bolivariana establece: “Todos los ciudadanos(as) tienen el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección. Sus organismos de dirección y sus candidatos(as) a cargos de elección popular serán seleccionados(as) en elecciones internas con la participación de sus integrantes. No se permitirá el financiamiento de las asociaciones con fines políticos con fondos provenientes del Estado…”

El MVR es todo lo contrario a este diseño constitucional. Como en el modelo comunista stalinista, un jefe único lo decide todo. Su sola voluntad es lo que vale al momento de nombrar los organismos de dirección. Los candidatos a cargos de elección popular no son elegidos por los miembros de la organización y las elecciones internas jamás se han celebrado. Se trata de un partido que es utilizado para que un solo hombre suplante y ejerza la voluntad de todos. Y así como hace con ese partido, hace con Venezuela, a la que tiene sojuzgada y con ansias de sojuzgarla aún más. Nada de elecciones, nada de participación, nada de democracia.

Aquí la real gana del jefe único determinó que ese bandido que gobierna a Aragua desde hace poco más de nueve años, Didalco Bolívar, es nuevamente el candidato a la gobernación, y nada ni nadie lo pudo impedir. “!Al que no le guste que sé vaya!” gritó por televisión.

Aquí la base está sublevada. No quiere la imposición. No acepta a sus candidatos. Tomaron las casas e inscribieron a otro candidato. No le paran bola al jefe único. Sólo quieren democracia, reclaman el cumplimiento de la Constitución, pero a ellos tampoco los oyen y, en eso se parecen al resto de los venezolanos. Nosotros también queremos elecciones, exigimos que se respete la Carta Magna. ¡Nos estamos pareciendo!

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba