Opinión Nacional

Reforma fascista

Luego de 7 años de estricta clandestinidad por mi condición de perseguido político (desde el 1983 al 1989), asumí la lucha pública; sin embargo, hasta el 1994 mi humilde vivienda en el barrio Las Charas de Puerto La Cruz, fue allanada en 10 ocasiones, siendo detenido en 8 oportunidades al igual que muchos dirigentes sociales y oficiales en condición de retiro en Venezuela. Muchos fuimos torturados física y sicológicamente, mientras que nuestros familiares fueron maltratados por los esbirros de la DISIP y la DIM (varios de estos funcionarios hoy tienen boinas rojas). Pero las denuncias de los familiares y las acciones de organismos en defensa de los derechos humanos amparados en algunos artículos constitucionales, permitió el cese de la brutalidad ordenada a los cuerpos policiales y militares, evitando así la desaparición de muchos de nuestros camaradas.

En nuestra lucha para conquistar un gobierno revolucionario, muchos de nuestros camaradas pagaron con sus vidas, dicha búsqueda. El jueves 1 de marzo de 1973 fue acribillado en la avenida El Libertador de Caracas Jesús Márquez Finol, en junio de ese mismo año fue desaparecido el estudiante Noel Rodríguez, se produjo la muerte por torturas de Jorge Rodríguez el 25 de julio de 1976, el fusilamiento del profesor Oswaldo Arenas Palencia a mediados del 1983 y la muerte de Alirio Quintero Paredes (uno de los sobrevivientes de la masacre de Cantaura), entre una larga lista de revolucionarios vilmente asesinados y otros que pagaron hasta 6 años de prisión por rebelión militar, a través de expedientes amañados (entre ellos varios dirigentes de Vanguardia Popular).

Estas barbaridades que no dejaremos de denunciarla jamás; las recuerdo hoy para compararlas con la actitud fascista del actual gobierno con su propuesta de reforma constitucional, donde además de otorgarle todo el poder al presidente, pretenden negarle al país, elementales derechos humanos (el derecho ala información, el debido proceso, etc), en su búsqueda de contener el malestar de la población, dado al fracaso de esta falsa revolución para satisfacer los deseos y necesidades de los venezolanos.

Así como la represión en el pasado hacia los revolucionarios y la población (la mayoría de estos revolucionarios no están con esta falsa revolución) no detuvo el despertar del pueblo y su búsqueda de un cambio; estoy seguro que la traición de Hugo Chávez y las cúpulas del MVR (ahora PSUV) de ese noble sentimiento de los venezolanos, los llevaran aparecer ante la historia tan rechazados como las cúpulas del bipartidismo. La expresión «Candelita que se prenda, candelita que se apaga», refleja la preocupación del alto gobierno por el creciente malestar en la población, ya que aspiran un cambio verdaderamente democrático y revolucionario que ellos no están en capacidad de cristalizar, tal como ha quedado demostrado durante estos 9 años.

Generar propaganda en torno al NO A LA REFORMA, agitación política sobre los problemas del país y organizar al pueblo a través de instancias unitarias de luchadores sociales, son tareas obligatorias en el actual momento histórico. De igual manera, debemos cerrarles el paso a las corrientes reaccionarias de la oposición (son una minoría pero cuentan con mucho respaldo mediático) para evitar que los sectores del pasado traten de instaurar un gobierno desligado a los cambios que reclaman los sectores populares. La lucha no es de opositores del gobierno contra los chavistas, sino de los venezolanos que aspiramos un cambio profundo de la sociedad, contra estos falsos revolucionarios y las corrientes reaccionarias que tratan de sacarle provecho al malestar de los venezolanos.

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