Régimen, violencia y armas
El proceso de ciudadanía es por su propia naturaleza colectivo, ya que los actores son democráticos en la medida en que logran concertar, coordinar y articular con los distintos sectores de la sociedad civil y política, de allí que el encuentro de organizaciones sociales (ONG) en la UCAB, contribuye a la búsqueda de soluciones en un país donde la ciudadanía está desprotegida, porque no tiene a dónde recurrir, en la medida en que las instituciones están subordinadas al Poder Ejecutivo: sabes que tienes derecho a reclamar pero si te movilizas te criminalizan.
Un sistema no puede funcionar con mecanismos represivos en contra de la disidencia, hay que asegurar alternativas y aprovechar cualquier grieta en el interior del aparato de dominación para unir esfuerzos y hacer ciudadanía, que es en definitiva el punto de equilibrio de la democracia en acción. En contraste, el mensaje del régimen se desarrolla en un contexto de violencia promovido desde la cúpula del poder, léase edificios invadidos con células de motorizados con armas de gran potencia, los llamados colectivos del 23 de Enero, delincuentes con un poder de fuego superior al de los cuerpos policiales y un sistema carcelario donde los reclusos disponen de granadas, AK47 y el control de los recintos, que han arrojado 18 muertos en el último fin de semana.
En el entretiempo funciona una comisión encargada de elaborar el proyecto de reforma de la Ley de Armas y Explosivos, que ha establecido un conjunto de normas de obligatorio cumplimiento para aquellos que tienen porte de armas autorizado, pero ¿cuándo sus integrantes van a tomar acciones dirigidas a la negociación y el desarme de subversivos, activistas cercanos al oficialismo y los delincuentes? ¿Cómo puede aparecer un arma de fabricación rusa con sus seriales bien a la vista en El Rodeo y quiénes son los responsables de las fallas en los controles de entrada y salida, requisas y trabajo de inteligencia?
Hay un factor común que es el discurso político violento, el militarismo como una vía de solución que sustituye la moderna gerencia, de la aparición de armas cortas y largas y una atmósfera de impunidad, que pone la piel de gallina, cuando se ofrece el Kit que involucra la moto, la pistola, el celular y el matrimonio con el Poder a todos sus efectos. Definitivamente el factor común de nuestra violencia cotidiana es la reiteración del discurso amenazante y las armas de fuego.
El Gobierno y los representantes de la oposición tienen que sentarse a conversar reglas de juego democráticas, ya que no es posible que haya zonas vedadas para quien no comulgue con el socialismo radical y sea por ello atacado, los cuerpos policiales brillen por su ausencia y en las fotos se identifican rostros, vestimentas y armas. Es la ya gastada estrategia comunista de construir la realidad, a través del control que el propio Estado ejerce sobre todos los poderes, desapareciendo parte de los equipos de los reporteros y desconociendo a sus propios activistas. El incidente de Cotiza es de obligatoria lectura, y preocupa.
