Opinión Nacional

Ruido de la prensa libre

La brasileña Dilma Rousseff es la novena mujer en América Latina que llega a la Presidencia de su país; lista que inició en 1974 Isabel Perón, en Argentina. Es además la novena mujer que alcanzó la posición de mando en 2010, de acuerdo con la investigación del periodista Carlos Subero.

Ayer esta mujer, de 63 años, ex guerrillera y con una historia de lucha contra la dictadura, asumió su mandato.

Más allá de entrar en consideraciones sobre el poder y género -aunque no deja de ser estimulante- lo que quisiera puntualizar aquí es otro tema, que Rousseff se encargó de reiterar: su compromiso innegociable con las libertades individuales, de culto, religión, de prensa y opinión: «Reafirmo lo que dije a lo largo de la campaña, que prefiero el ruido de una prensa libre que el silencio de las dictaduras».

Aún no conocemos el estilo de mando Rousseff, pero es alentador escucharla hablar en estos términos.
Por supuesto que las comparaciones suelen ser odiosas, pero creo que muchas veces son necesarias.

Ha sido un signo común las relaciones tormentosas entre mandatarios emergentes en Suramérica y los medios de comunicación de sus respectivos países: Chávez, Lula, Kirchner, Correa, se han enfrentado al poder mediático, pero me atrevo a afirmar que el conflicto es mayor en el nuestro.

Pasó casi inadvertida la providencia administrativa publicada en la Gaceta Oficial N° 39.578, del martes 21 de diciembre, bajo el título «Normativa de clasificación y tratamiento de la información en la Administración Pública».

La coalición Proacceso, que agrupa a distintas organizaciones venezolanas a favor de la información pública, hace varios señalamientos.

«Según el párrafo único del artículo 17 de la normativa ‘toda información generada por la institución no podrá ser publicada o revelada al público en general sin la previa autorización debida y formal de la unidad responsable de la imagen institucional o de la máxima autoridad de la institución…».

La información pública deberá clasificarse por importancia económica, política, social, de imagen pública y/o estratégica para la institución que la genera… No obstante, la clasificación sólo incluye criterios vagos y generales que deberán ser aplicados por los «custodios de la información» -así define la norma a quienes producen la información- para saber si los datos deben catalogarse como no públicos».

Si, contrario a la disposición constitucional, los funcionarios se han negado a dar información sobre los asuntos bajo su conducción, imaginen ahora que cuentan con normativa que lo deja a discreción del «custodio» de turno.

Con disposiciones como esas, se acalla el ruido de la prensa; y se imponen los silencios; de censura y autocensura.

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¿Un Feliz año?
El 25 de diciembre, dos niños quedaron huérfanos en Petare cuando su padre fue asesinado por una pandilla. El padre había discutido con los delincuentes horas antes, y en la noche iba con su niño por la calle. Los malandros les dispararon. Él le grito al muchacho: «¡Corre, corre!». El niño lo obedeció. Se escondió y escuchó cuando mataron a su padre. Luego empezó a correr cerro arriba buscando ayuda. Sé que es una historia que se repite, pero no puedo dejar de pensar en la vida de ese niño, su hermana y su madre; y espero que alguien que lea este texto pueda ayudarlo.
Parece que se hará necesario crear alguna instancia para ayudar a quienes son víctimas de ese tipo de violencia a superar el trauma que puede afectarlos de por vida

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