Opinión Nacional

Ruido

Muy justa la extrañeza de personas que preguntan, gracias a ese internet que no sube cerro, en cuál lista o circunscripción electoral resultó electo como legislador el señor Luis Miquilena. Y es natural la duda porque es él quien dice cuándo se instalará la Asamblea Nacional, con quienes deben hacerse las alianzas, con quiénes no, quién será el Presidente, cómo se repartirán las Comisiones Permanentes, etc.etc. Además, como de repartos se trata, ha repartido también algunos de sus acostumbrados cabillazos verbales, tocándole esta vez el turno a los beautiful people de Primero Justicia a quienes ha endosado la célebre frase de Andrés Eloy Blanco: Las dos cosas que hacen más ruido, un carro viejo y un diputado nuevo. Hemos tratado de hacerles comprender, al fin y al cabo pertenecimos alguna vez al mundo parlamentario, que así han funcionado siempre las cosas en la política vernácula. El pueblo elige a unas personas para que los represente en los Parlamentos pero éstas pasan a ser luego representadas por los jefes políticos de cada Fracción. ¿Pero cómo es eso?, vuelven a preguntar ¿No y que la Bolivariana acabó con las fracciones políticas y hasta les eliminaron los espacios físicos en el edificio de oficinas del viejo Congreso? Bueno, respondemos, es que así ocurre casi siempre, se hace como que se cambia para que todo vuelva a ser igual. Y así será.

No es necesario tener facultades extrasensoriales para pronosticar cómo funcionará, en términos generales, la Asamblea. Aunque le hayan cambiado el nombre, la estructura y el organigrama para que nadie la compare con el difunto Congreso. Muchos de los electos gracias a los votos de quienes detestan a Chávez y quisieran verlo borrado del mapa, terminarán cuadrados con el chavismo a cambio de alguna chamba. Otros que lograron sus curules montados en el portaviones chavista, abandonarán el barco y se sumarán a la oposición precisamente por no haber recibido ninguna. Por lo pronto ya la fuerza dominante, el MVR, ha dado muestras (así ha trascendido a la prensa) del mismo auto desprecio que tanto daño hizo a la imagen del viejo Parlamento: Proponen que la remuneración de sus integrantes sea inferior a la de los ministros y no homologada como era hasta ahora. ¿ Puede defender sus méritos y el valor de su trabajo alguien que pide que le rebajen el sueldo? Uno se imagina la discusión en La Casona, con el Jefe Máximo y a los mas genuflexos de entre todos los obligados a serlo, opinando que el Partido se gana unos puntos mas con sus queridos pobres, si hace ese gesto de desprendimiento. Se repite pues la conducta vergonzante de los pseudo izquierdistas revolucionarios de ayer hoy transmutados en cambote bolivariano, el Congreso les parecía un esperpento y le descargaban permanentemente toda clase de improperios, armaban un escándalo cada vez que se trataba el tema de los aumentos de sueldos, hacían demagogia con la miseria ajena y agitaban el resentimiento de los peor remunerados, para terminar luego cobrando esos aumentos sin el más mínimo rubor. Claro, cómo no seguir medrando con la demagogia si les ha dado tan buenos resultados. Pero ya veremos a muchos de ellos, ahora por primera vez como parlamentarios del Gobierno, elevar su status externo, el que está a la vista de todos, con carros nuevos de los que no hacen ruido y sin poder explicar la procedencia. Esa eterna hipocresía, esos votos de pobreza ficticios de muchos dirigentes dizque populares, son los que han propiciado las miserables remuneraciones y por consiguiente la baja calificación de nuestros funcionarios públicos y, por supuesto, el desparramamiento de la corrupción grande, mediana y pequeña. Un cambio verdaderamente revolucionario habría sido consagrar en la Constitución o al menos en el Reglamento, que el ejercicio de funciones parlamentarias fuese ad-honores, lo que pasa es que como con el culantro, buena es revolución pero no tanto. El sacrificio por la Patria no puede llegar a tales extremos.

Muchos se han sorprendido por la aparente humildad con que el Partido del Gobierno ha administrado su victoria, nada que ver con aquella ebriedad de triunfo de muchos constituyentes que llevó a la señora Zago, entre otros, a decir que con los derrotados no se negocia. El MVR está obligado a complacer a unos sin maltratar a otros, no pueden esta vez aplicar la obscena aplanadora que condujo a la aprobación de la Constitución Bolivariana en lamentables condiciones. Tienen que negociar, igualito como se hacía en la Cuarta República porque igualito se hace en todos los parlamentos y en todas las democracias del mundo. Y es así como pierden su virginidad las revoluciones, compartiendo cama con el enemigo. Sin embargo, no nos llamemos a engaño porque, igual como se hacía en el Congreso de la era puntofijista, cuando tengan que pasar la aplanadora la pasarán. Así funciona la democracia, por algo se la define como un sistema de mayorías. ¿Cuál es el papel de las minorías? Hablar, decir, explicar, informar, sacar el debate a la calle. Los parlamentos, como su nombre lo indica, son fundamentalmente para eso, para expresarse mediante el verbo sonoro y para que esa expresión llegue a la gente, a sus electores. Alguien ha recordado en estos días como aquella minúscula fracción de tres diputados que era la Causa R en el período l989-l994, se transformó a punta de discursos dentro y fuera del Congreso, en la numerosa bancada de los primeros años del siguiente período. ¿Podrá esta Asamblea hacer mucho mas que debatir? ¿Volveremos a oír a la gente quejándose de que los diputados solo sirven para producir gamelote verbal? Si eso se decía del Congreso, muchas veces injustamente, no creo que hay razones para ser más ambiciosos en este caso. Las funciones y potestades parlamentarias fueron sustancialmente disminuidas por la Constitución del 99. Tan fue hecha a la medida del gobierno, que cuidó que la Asamblea, cualquiera fuera su composición partidista, no tuviera autonomía de vuelo.

Hemos oído en estos días a diputados recién electos cuyas fracciones quedaron bastante disminuidas en comparación con tiempos pasados, asegurando que no harán oposición obstruccionista. Nos recuerdan la película “Rugido de Ratón”. ¿Es que acaso puede cualquier Partido distinto del nuevo bipartidismo MVR-MAS o de la reedición de la Ancha Base con Proyecto Venezuela, obstruir nada? Lo que hay es que rogar a Dios y prenderle velas a todos los santos para que quien obstruya no sea el Gobierno. Sería lo único distinto del pasado en esta era de cambios de pancake. Y, por último ¿Volverán las turbas chavistas a hostigar y agredir a los parlamentarios de oposición y a pedir la disolución de la Asamblea como hicieron con el último Congreso? El hecho de que el Senador-Polilla sea ahora Ministro del Interior y Justicia parece casi una garantía de que eso sucederá. Apúrense amigos parlamentarios a incluir en el nuevo Reglamento un seguro que cubra incapacidad permanente o transitoria, por causa de cayapa o linchamiento revolucionario. Es lo único distinto que le vemos a este nuevo tiempo.

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