Rumores

El rumor es incierto por definición, en la medida en que la verdad es siempre más compleja que lo que puede expresarse como rumor:

RUMOR
1. m. Voz que corre entre el público.

2. m. Ruido confuso de voces.

3. m. Ruido vago, sordo y continuado.

DRAE

En ninguna de sus acepciones el rumor es una forma adecuada para transmitir acontecimientos de importancia y mucho menos ideas elaboradas rigurosamente.

Llama la atención por ello que la comunicación entre compatriotas, en la que hoy se privilegia el uso del correo electrónico como antes se hacía con el “boca a boca”, el teléfono y otros medios, se sirva del rumor como si fuese la forma perfecta, última y definitiva de los hechos y las ideas que se quiere intercambiar.

La pobreza del recipiente no puede sino ir acompañada de un pobre contenido: ninguno de los emails alarmistas e histéricos que toman por asalto los buzones electrónicos contiene ninguna cosa digna de ser tomada en cuenta seriamente. A parte de lo que contiene como abuso del tiempo y espacio (la memoria de las computadoras es limitada y disminuye con la sobrecarga de archivos inútiles) de los receptores, es signo del predominio de la cultura del chisme, que sólo puede llamarse cultura por formar parte de una tradición folklórica que jamás llegará a ser otra cosa que eso. Quienes atribuyen a esa chismografía valor político o de otra índole revelan su ignorancia y su incapacidad para elaborar o al menos entender conceptos desarrollados e inteligibles.

Y como hemos ya dicho en alguna parte, la ignorancia puede que no sea pecado, pero no es –sin duda- una virtud.

Todos los chismes son, por supuesto, “de buena fuente”, pero si todas las “fuentes” que se mencionan o se ocultan fueran tan buenas, estaríamos ante un caso sin precedentes de delación generalizada, ya que todo lo que los adversarios de alguien piensan o hacen es instantáneamente divulgado por sus “allegados”.

Así, el Ministro tal le pegó esta mañana a su mujer y diez minutos más tarde nos llega un “forward” desde Idaho comentando el suceso, o a tal representante de un medio de comunicación que adversa al oficialismo le “acaban de descubrir” un fraude multimillonario mientras pasea por México en compañía de su concubina…seguramente hay que esperar que se conecte a la Internet para que se entere de que la concubina citada es una agente undercover del recontraespionaje castrista aliado secretamente con su ex esposa.

Chisme es, en otra acepción, “Baratija o trasto pequeño.” (DRAE) y en esos trastos pequeños llenos de baratijas se sacia la sed de conocimiento de muchos que presumen de patriotas de un bando y otro. Si a eso es a lo que llaman la “ nueva cultura política del venezolano”, tal vez sea mejor quedarnos con la incultura anterior.

Pocos de estos mensajes y pocas de las conversaciones versan sobre análisis de causas y orígenes de las realidades; en ninguno de ellos se propone una nueva forma de entender y mucho menos solucionar alguno de los problemas que aquejan al país: casi todos ellos tienen una única razón de ser y un solo propósito que es el de exacerbar la animadversión para evitar la reflexión, el diálogo y el entendimiento.

Diálogo y entendimiento que son las únicas formas inventadas hasta ahora para generar democracia.

Pero ya sabemos, “demócratas somos nosotros, ellos son el obstáculo para la democracia”.

Debieran decirle mejor demi-cracia, ya que excluye la opinión de la otra mitad de la población.