Opinión Nacional

Se terminó el pan de piquito…

Llegó el momento de la chiquita. Cuarenta y un años de exclusión de la sociedad civil nos desembocaron en esta locura, en este drama inexplicable para cualquier turista que conoció aquella Venezuela del 79 con el “per capita” más alto, con un dólar a Bs. 4,30.

Chávez tiene más de cinco años en el poder; contó con el apoyo de casi todos los venezolanos; controla todos las instituciones, sin excepción y dilapidó los ingresos más extraordinarios que gobierno alguno administrare. 81% de pobreza. 44% en situación crítica que no cena. Desempleo. Hambre. Desasosiego. Corrupción… ¡Ya¡…

Se convino ante el mundo, en la Mesa de Negociaciones, que la salida pacífica e inmediata era el RR. El pueblo masiva y democráticamente acogió la fórmula y puso las firmas. El CNE, totalmente a merced del régimen totalitario, nos aleja del Referendo, descaradamente. Cinco días más. Que si una semana más. El CNE se ha defecado en toda norma. Todo el mundo sabe que las firmas están, son inobjetables y suficientes.

El pueblo cumplió. Dio al mundo una clase de democracia con las marchas más extraordinarias. Hizo el paro más increíble para demostrar su rechazo.

Pero el régimen no es demócrata. No tiene escrúpulos. Demostró ser lo que es, el 11 de abril del 2.002, cuando ordenó matar, con premeditación y alevosía, marchistas pacíficos, espontáneos y alegres y liberó, descaradamente, los criminales que dispararon.

En el país no se invierte. No hay confianza. Desapareció la sonrisa. La inflación, el impuesto más injusto y que afecta las clases más desposeídas, recibió esta semana un nuevo empujón con la devaluación del bolívar. Nos están ahogando mientras no cobran a Cuba la deuda de casi mil millones de dólares. Sacan del Hospital Militar médicos de primera, con treinta años de ejercicio, para sustituirles por médicos cubanos. Hicimos lo imposible para una salida democrática y pacífica. Acabamos con el librito de las marchas, de los pitos y de las cacerolas. El trece de febrero, es el día “D”, el día límite, el último. Este régimen es forajido. Perdió, hace tiempo, su legitimidad de origen. Ahora toca al TSJ y a las FAN restituir la democracia. Nosotros no tenemos armas ni ejército pero sí dignidad. Así que nos quedamos en la calle. Cualquier cosa que hagamos para restituir la democracia, por el respeto a nuestra dignidad e hijos, es válido.

Amigos de Venezuela, si Uds. tienen palabra, Uds. que avalaron el pacto en la Mesa de Negociaciones, obliguen este régimen forajido a medirse en unas elecciones pulcras, transparentes como las que le permitieron ascender a la presidencia. Apliquen, de una vez, la Carta Democrática.

Compañeros de las Coordinadoras Democráticas, se acabó el pan de piquito: ¡Desobediencia¡.

Una hora antes de redactar la presente, 11 de febrero, en la Plaza La Libertad, elevado de Lechería, a las 06:00 pm, un hombre fornido, trigueño, de barbas, de unos 45 años, comía la basura del pipote… ¡Coño¡ No me la calo más…. ¡Sí¡ Estoy arrecho…

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