¿Será posible entendernos en Venezuela?

¿Quién podrá explicar para Venezuela el significado de algunas palabras con las que últimamente hemos querido comunicarnos?

Después del circo que nos hemos visto en la tarde del 13 al 14 de abril, ¿qué significa lealtad?

Con las circunstancias sociales tan delicadas de estas semanas, con saqueos, asesinatos, desconocimientos de derechos laborales, detenciones, vuelco de gobernabilidad en 48 horas, ¿qué es lo que señalamos cuando decimos normal?

Con unos ministerios de gobierno, como son la salud, el ambiente, usados como depósitos de armamento; con una política de filtro en la información social, con un sistema de acuerdo cerrado en un solo punto de vista para las acciones de gobierno, ¿cómo entender lo que el diccionario explica con la palabra democracia?

¿Qué es la libertad, cuando la gritan convencidos los agredidos y los que agreden?

¿La palabra tan sublime y humana como el amor, tiene que ver con la revolución?

Con un cambio de personeros a cargo de las instituciones, con un señalamiento a dedo o peor con un quítate tú para ponerme yo, ¿qué es eso que llamamos institución?

Y si lo que se respira es venganza, retaliación y resentimientos sociales a causa de las posibilidades económicas de cada quien, ¿cuál es la referencia real de la justicia?

Parece que no es suficiente que usemos el castellano, mientras la mentira es la agenda oculta que guardamos en nuestro discurso.

Frente a todas estas preguntas nos tocará vivir la misma experiencia de Jesús frente a Pilato, cuando éste le pregunto acerca de la verdad y como respuesta recibió un silencio muy elocuente de parte de quien es el Camino, la Verdad y la Vida.