Opinión Nacional

Solidaridad laboral-estudiantil

El hombre con tal de domeñar el hábitat hostil, procuró la solidaridad entre semejantes. Así los trabajadores toman partido en la cuestión académico-estudiantil y viceversa, cuando la sociedad está integralmente amenazada. Desde tiempos coloniales, los grandes movimientos sociales se han dado a partir de la protesta laboral o estudiantil, siempre acompañada la una de la otra.

La Corona española comenzó a preocuparse por la elevada temperatura política de la “Sultana del Ávila”, cuando tomó el hilo de la conspiración de Picornell y Sebastián Andrés. Era la tempestad intelectual ibérica que imbricaría con lo de Gual y España, condimentada con las andanzas y correspondencia subversiva de Miranda. Se dispararon todas las alarmas. La inteligentia europea, ducha en conspiraciones, entrelazada con la venezolana. Era como un cable de alto voltaje sin cobertura.

En la medida en que los gobiernos acentúan su talante totalitario y continuista, van conculcando reivindicaciones sociales conquistadas por los trabajadores junto con las libertades ciudadanas; en ese espacio-tiempo la intelectualidad sale en defensa de la nación. Se escapa de la capsula académica y, en razón de la academia misma asume, con indoblegable valor, el puesto de combate que la sociedad, a la cual se debe, le asignó. Es así como insurge el 19 de abril de 1810, el 12 de febrero de 1814, el 14 de febrero de 1936, el 18 de octubre de 1945 y el 23 de enero de 1958.

Los comunistas tienen en su listado de verdades indubitables, la premisa según la cual una sociedad se rebela contra el orden establecido cuando no se abren aliviaderos para la crisis sociopolítica y económica que la agobia. Teoría más que asertiva. Ha triunfado en todas las latitudes, sólo que quienes tanto la pregonan a lo largo y ancho del terráqueo mundo no la admiten cuando se trata de mirarse en el espejo.

La sociedad venezolana, luego de sufrir eterna dictadura, optó por la democracia. En presente tumultuario los fundamentos de convivencia y libertad están siendo demolidos por el tornado totalitario Castro-comunista, liderado por un teniente-coronel bellaco y parlanchín demencial.

Pero ha comenzado a darse la respuesta al reclamo de la tradición histórica. Los estudiantes universitarios y los “chamitos” de los liceos, genéticamente sensibilizados ante el asomo de las orejas del burro militarista, se lanzan a las calles demandando respeto a la autonomía y a libertad de cátedra; y los trabajadores, igualmente vulnerados en sus derechos laborales por la canalla militar, acuden en defensa de sus hijos, el futuro de la patria, y de sus derechos que son los de todo ciudadano.

Hoy día la temperatura de la sociedad venezolana está a punto de ebullición. La política, como las ollas de presión que ablandan la vianda, tiene válvulas de escape. Si se las obstruye estallan con efectos devastadores.

¡Cuidado!. Cuando el burro totalitario asoma las orejas, la conjunción de academia, estudiantes y trabajadores, que es la sociedad total, preludia conflagración.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba