Opinión Nacional

Sueños…

Hoy sueño con un día en el que pueda oír a un presidente venezolano hablando de continuar el excelente trabajo de su antecesor. Un presidente hablando de lo bueno que fue la gestión anterior y los planes que tiene para continuar el gran trabajo de su antecesor y para llevar los logros del gobierno saliente a más y más personas. Sueño con escuchar que lo que se ha hecho hasta ese momento se puede mejorar aun más.

Hoy soñé con una entrevista televisiva, dentro de ocho años, con el presidente electo de una nueva Venezuela, luego de dos exitosos periodos constitucionales de Cuatro años, donde la educación se convirtió en el gran motor del progreso del país, donde la pobreza se redujo sustancialmente y el sistema judicial fue depurado y erradicado todo el mal sembrado por el narco-estado anterior. Donde la desigualdad entre pobres y ricos se redujo sustancialmente y cada día son más los que tienen mayores oportunidades para crecer y desarrollarse, hoy sueño con un país boyante, lleno de industrias, de innovación, de grandes empresas, con servicios, transporte, hospitales y carreteras óptimas. Hoy sueño que en esa entrevista se habla con la verdad y el presidente habla, con cifras reales en la mano, que en la próxima década podemos saltar al primer mundo, sueño con un país que vive de sus productos de valor agregado y no de sus materias primas, con una población día  a día más capacitada y con una oferta de trabajo cada vez mayor.

Hoy, viendo lo podrido que esta todo el ámbito político de este país, con un sistema judicial sumiso al “jefe supremo”, con todos los afectos al régimen robando a más no poder, siento por momentos  que no hay salida. Por eso voté por Diego Arria en las primarias, porque nadie como él para decirle a la gente lo que esta pasando con estos bandidos y lo que hay que hacer para salir de ese cáncer; pero, luego esas elecciones me dieron una gran lección de democracia: me hicieron ver que la gente quiere mirar hacia adelante y no hacia atrás, la gente quiere progresar y tener mejor educación. La gente quiere dejar lo malo atrás y buscar un mejor futuro, por lo menos la gran mayoría de los tres millones que votamos, los que no respaldamos a los bandidos que nos gobiernan quieren ver hacia adelante, hacia el progreso, ese con el que hoy sueño.

Hoy este sueño está representado en Henrique Capriles Radonski y no importa si me gusta o no el personaje, lo que importa es que su mensaje es claro y está en sintonía con lo que queremos los venezolanos de bien: Progreso y educación. Progreso y educación son las palabras claves para sacar este país adelante. Un pueblo educado llega hasta donde se propone, muy por encima de su dirigencia. Dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se mereces y creo que es cierto, un pueblo sin educación no puede tener algo mejor de lo que tenemos. Un pueblo si educación siempre va a preferir una beca, un subsidio, una cola, una estúpida misión limosnera, a un trabajo estable, bien remunerado y con posibilidades de progreso. Un pueblo sin educación siempre le gustará más un gobernante tan mediocre como él antes que un tipo que ofrezca educación y progreso. Por eso, aunque si hay un camino, este no es fácil y todos los que queremos un mejor país debemos de una u otra forma aportar nuestro grano de arena, no por Capriles, no por cargos o contratos, no por paños calientes. Necesitamos al frente del gobierno a alguien con capacidad gerencial,  con amor real por este país, convencido que la presidencia es un cargo para aportar todo de si, para servir y no para vanagloriarse ni creerse todopoderoso. Estamos cansados de mesías, de imbéciles que creen que son ungidos por Dios y se creen dueños de nuestras vidas y nuestro país.

Estoy convencido, y hoy también sueño con eso, que debemos recortar el periodo presidencial a cuatro años, con una sola reelección inmediata, si el que viene no sirve, cuatro años son más que suficientes y rápidamente salimos de él y si por el contrario el tipo logra enrumbar al país, tendría cuatro años más para consolidar su gestión y entregar el cargo a alguien que continúe el camino marcado.

Parece imposible en la Venezuela actual, pero hoy amanecí soñando que si se puede. La olla podrida se puede destapar y todos, o por lo menos, la mayoría de los culpables de este desastre actual, pueden quedar tras las rejas y los venezolanos tendremos, una vez más, una nueva oportunidad de encaminarnos por el camino correcto, con progreso y educación. Como le escuche decir una vez a alguien “Venezuela es un país condenado al éxito”, todo está en nuestras manos.

Solo debemos luchar por convertir nuestros sueños en realidades…

 

 

@ajsandia

 

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