Tarjetas prepago
Con el arribo de la telefonía móvil celular, han sido muchos los mecanismos que las empresas comercializadoras del servicio telefónico utilizan con el fin de cobrar el servicio de la manera más efectiva, hace tiempo solo se pagaba por taquilla, luego surgió el Post pago, es decir, domiciliado a la tarjeta de crédito a la cual se le hace el cargo del consumo del mes y últimamente surgió la forma del Pre pago, esta consiste en comprar una tarjeta por determinado monto y según su código se carga a favor del abonado para pagar la renta básica o el paquete de minutos y mensajes textos comprados.
Debo confesar mi profundo respeto de los partidos políticos nacionales como instituciones básicas para el concurso electoral y el sostén democrático; pero con igual vehemencia debo expresar que con pasmoso asombro he observado como algunos dirigentes de las cúpulas de esos partidos se alejan del sentimiento de sus militantes y algo más tenebroso aun, se alejan del colectivo en general. Esta conducta convierte a los partidos políticos en caparazones vacíos, sin discurso, sin propuesta. Tristemente esto ocurre no solo en los agotados y viejos partidos blanco, verde y naranja de la IV si no también en los más noveles y recién nacidos con pañales rojos, azules y amarillos en la V. Este flagelo de autoritarismo y centralismo cunde por igual en el gobierno y la oposición, basta solo con observar como irrespetan en primer lugar a sus militantes, a quienes les niegan su legitimo derecho democrático de aspirar dentro de su tolda, para complacer al familiar más cercano, también se observa cuando sacrifican a los que se partieron el lomo y creyeron en los dirigentes del partido, diciéndoles, debes esperar, hazlo por el partido, debemos apoyar a fulano, tu sabes, ese es el acuerdo y hay que respetarlo. Cada quien se cala su purgatorio; pero como independiente compadezco ese sufrir.
Los partidos solo gozan del 12% del afecto del electorado y sin embargo quieren imponer reglas y candidatos al 100% de estos. Las zancadillas, componendas de cogollos, los pactos regionales y de alcaldes conspiran contra la credibilidad del elector hacia el partido, lo peor de todo es que estos dirigentes sin vergüenza alguna siguen sus macabros rituales dejando en segundo plano el interés del colectivo, del soberano, le comen la flecha al sentido común de las mayorías, son tercos y obedecen a sus negocios partidistas. No les importan las fracturas y divisiones creadas dentro de su seno que se revelan y tienden a apoyar a los independientes.
Quienes representan a la tarjeta se creen dueños de la voluntad ajena, cometen el error de pensar que pueden negociar hasta el alma, creen que son dueños de la tarjeta del partido y de todo el sentimiento que contiene, solo trabajan en tiempos de elecciones, funcionan como los teléfonos celulares, se comportan como una tarjeta Pre pagada, si, pagada y comprada por anticipado, para apoyar a fulano y mengano a costa de todo, caliéntese quien se caliente y si no le gusta, pues que se largue del partido por indisciplinado, pero el negocio va.
