Opinión Nacional

Todo bicho malo es cobarde

“La causa real y determinante que ha hecho perder el poder a los hombres ha sido siempre el haber llegado a ser indignos de ejercerlo”. Alexis De Tocqueville (1805-1859) jurista, político e historiador francés, ideólogo del liberalismo.

“Todo bicho malo es cobarde”, decía mi abuela cuando correa en mano nos perseguía para hacernos pagar alguna tremendura. Por eso se lo que pasa cuando veo al Comandante en pánico, porque “todo bicho malo es cobarde”. Si yo fuera él, también sentiría pánico. Once años echándole vaina a los venezolanos está dando sus frutos: uno de odio, de rabia, de impaciencia. La tolerancia llega a su fin, cada vez en más voces se oye el “Ya no más”. Una impaciencia que estallará en cualquier momento recorre este país en penumbras y zozobra, inquieto por el presente pero recobrando esperanzas en un cambio a corto plazo.

Ya el Comandante sabe que esto no da para llegar al 2021, mucho menos al 2030, cual era su intención primitiva. Los venezolanos le están demostrando que no son cubanos, que no van a permitir su plan de tierra arrasada, diseñado por Fidel desde La Habana. La cosa va para cortito: constitucionalmente, hasta el 2012, cuando habrá elecciones presidenciales a las cuales concurriremos para elegir un Presidente digno de un país democrático. El pánico es porque “quien la debe la teme”. Y él le debe mucho a millones de venezolanos que cobrarán tanta canallada, tanta incompetencia, tanta traición. Por eso arrecia contra los sectores productivos, que todos los días demuestran con números el crimen que se comete contra la economía nacional con despojos, nacionalizaciones, expropiaciones.

Por eso quiere atemorizar a un pueblo cada vez más molesto encarcelando a Oswaldo Alvarez Paz; envía mensajes amedrentadores al poder judicial con la prisión de la Juez Afiuni; quiere asustar a los productores expropiando galpones a la Polar; quiere que tiemblen los comerciantes enjuiciando a los carniceros; quiere que todos los venezolanos sepan que nada les pertenece, que todo le pertenece a él, que se ha apoderado del país, arrebatándole la finca a Diego Arria. Pero todos le han dado una respuesta que le demuestra que sus días de autócrata están contados. Alvarez Paz no se va del país, la Juez ratifica su decisión, todos los sindicatos de Polar están apoyando a su empresa; los industriales y comerciantes le han plantado cara a las amenazas y Diego Arria le ha regalado su finca con tal de que, a cambio, nos devuelva el país.

Tal parece que a quienes todavía son lo suficientemente insensatos o aprovechados aupadores del régimen no les interesa las cifras de bancarrota que en todos los órdenes presenta un país, que por sus ingresos multimillonarios, deberías ser la tacita de plata de América Latina, con seguridad social, escuelas, hospitales, autopistas, ferrocarriles y mucha seguridad. No encontramos ninguna otra razón como no sea que la economía está manejada por políticos de quinta categoría, para que una nación a la cual han ingresado billones de dólares tenga la tercera tasa de inflación más alta en el planeta, para que ocupe lugar de honor entre los diez países más corruptos del mundo, para que tenga un millón de analfabetas según la UNESCO, para que haya perdido el 50% de su parque industrial en una década, para que en el mismo lapso la inversión extranjera descendiera en 84%, para que sea junto con el país más miserable de América ( Haití) los únicos que verán descender su Producto Interno Bruto en el 2010.

Lo peor es que sus fanáticas mentecitas revolucionarias todavía no entienden lo que sucede: que el país se les está alzando en medio de una gran arrecchera por los continuos cortes de luz y agua, que los venezolanos por primera vez en años están viendo con meridiana claridad que esto hay que detenerlo porque tanto ricos como pobres, perderán absolutamente todo en esta loca aventura socialista-castrista-comunista. Ya hasta los chavistas están sacudiéndose la incondicionalidad: nadie puede serlo con una vida tan calamitosa como la que llevan los ciudadanos de un país que está a la deriva, donde la anarquía y la arbitrariedad destroza todos los signos de prosperidad personal y colectiva.

“Vienen por mí”, brama aterrado. “Quieren ir a la Asamblea para derrocarme”. “Quieren quitarle al pueblo las leyes que lo favorecen”. Pura algarabía de mitin. El sabe que lo primero que harán los diputados de oposición es regresar el congreso a la senda de la división de poderes, como debe ser en toda democracia. El sabe que le revisaran todas esas leyes inconstitucionales que sus secuaces aprobaron violentando la voluntad popular que le negó la Reforma en el 2007. El sabe, sobre todo, que la reforma que le permite reelegirse indefinidamente se hizo en un referendo inconstitucional y que legalmente no tiene validez.

Paso a paso, todo este parapeto ilegal, construido por mandaderos de baja estofa, se caerá por su propio peso. Y íhorror!, los primeros que reclamarán las promesas incumplidas y el desastre nacional será ese pueblo rojo rojito que tiene años viviendo a punta de muela y limosnas. ¿Qué hará entonces cuando le cobren lo que debe? Cuando tenga que pagar cada una de las lágrimas, de la sangre, cada uno de los exilios forzosos, de los desempleos, del hambre, de los despojos, de las expropiaciones. ¿Cuántos años le llevará pagar por todas las vidas perdidas, por las familias separadas, por el odio sembrado, por la oportunidad derrochada en estupideces revolucionarias? No creemos en arrepentimientos porque como dice el refrán popular “Verdugo no pide clemencia”. Además será tarde para enmendar.

El valor y la dignidad que están demostrando en estos momentos muchos venezolanos prueban que sí hay luz al final del túnel. El pesado ambiente que se respira en Venezuela indica que estamos llegando a ese final. Por eso hay que recordar a la canalla que nos gobierna algunos puntos: 1) En Venezuela el único magnicidio registrado es el de Carlos Delgado Chalbaud y fue accidental su muerte, la intención era secuestrarle no matarle. El intento contra Betancourt estuvo ordenado por el tirano de República Dominicana y no por venezolanos. Los venezolanos no “magnificamos” a nuestros Presidentes: la historia dice que los cambiamos con votos o con balas.2) Todas las acciones que están tomando contra bienes privados se revertirán así que procuren no apropiárselos: se llama robo y está penado por la Ley que se aplicará nuevamente. 3) Once años son muchos como para no saberle los pasos a los ladrones, dónde tienen sus propiedades en el exterior, en cuales paraísos fiscales depositan su mal habido dinero. Les doy un dato: los oligarcas invierten no en “magnificarlos” sino en seguirles los pasos. Todos están pillaos.

Y a la oposición democrática hay que encarrilarla en la unidad, única senda que la llevará al triunfo a corto y mediano plazo. Lo que hay en juego es mucho más importante que nombres, egos o parcelas de poder. Lo que esta en juego es la vida, los bienes, la seguridad, la estabilidad jurídica de millones de venezolanos y del país. Quienes están esperando un Mesías para que se enfrente al Comandante, se equivocan: mesías somos todos los demócratas de este país, un grupo muy nutrido entre los cuales cualquiera puede ser digno candidato a optar por un nada deseable papel que es enrumbar al país hacia la democracia y la prosperidad.

Por eso los comprendo: si yo estuviera en el poder rojo, también entraría en pánico.

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