Opinión Nacional

Un mes lleno de eventos para la astronomía

En este mes excepcional, cuando se celebra el 400º aniversario del telescopio de Galileo, Saturno se vio sin anillos, Júpiter y Neptuno estuvieron alineados con la Tierra y el Sol, mientras Marte está más cerca que nunca, Encima, se vio una nutrida lluvia de estrellas, y desde el Spitzer en órbita se pudo detectar los restos de una colisión planetaria.

Este año se celebra en todo el mundo el 400º aniversario de un hecho histórico: el primer uso del telescopio en la astronomía por Galileo Galilei, en 1609, de ahí que el año de 2009 ha sido nombrado por la ONU como el Año internacional de la Astronomía. El mes de agosto es también uno rico en eventos astronómicos, y muchos estudiosos están aprovechando para observar a algunos planetas porque se muestran en una posición favorable desde la Tierra. Y para coronar todo, el 12 de agosto se pudo ver en el cielo nocturno una nutrida lluvia de estrellas errantes en ciertas regiones bien ubicadas y despejadas.

Empezando por los planetas, a mediados de agosto tanto Júpiter como Neptuno se encontraban alineados y en una total oposición al Sol, con la Tierra en medio, de modo que esos planetas lejanos recibían la luz solar de frente, haciéndolos brillar más en el firmamento. Fue este hecho lo que facilitó a Galileo y las autoridades venecianas, la observación pionera de los cuatro grandes satélites jovianos con su rudimentario telescopio. También se pudo observar este mes a Saturno sin sus característicos anillos, pues éstos aparecen completamente de canto desde la Tierra y no se pueden ver adornando vistosamente a ese planeta gaseoso.

Observando planetas más cercanos
Un hecho curioso fue el rumor, sembrado por correo electrónico, de que el 27 de agostos el vecino Marte aparecería tan grande como la Luna por estar en su posición más cercana a la Tierra y que entonces “veríamos dos lunas en el cielo”. Pero esta fue una información incorrecta, difundida regularmente en verano desde 2005 por personas poco informadas y que no se dan cuenta de que Marte está a más de 55 millones de kilómetros de nosotros, mientras que la Luna está a apenas 360 mil km, de modo que es imposible verlos del mismo tamaño.

Los hechos confirman que, a pesar de que la esfera marciana se verá más brillante por su cercanía, medirá apenas unos 25 segundos de arco en el firmamento, mientas que la amplitud de la Luna será de 30 minutos de arco, o sea una esfera con un diámetro 62 veces mayor. Así, los conocedores no aconsejan trasnocharse para ver algo que no sucederá, y menos desde el cielo de las ciudades, inundadas por luces artificiales. Sin embargo, en zonas con cielo despejado, con un telescopio o a simple vista se podrá ver –como pocas veces—al vecino planeta como un brillante y diminuto disco rojizo.

Una vistosa lluvia de estrellas
Los afortunados habitantes de Europa, Norteamérica y Japón tuvieron las suerte de poder ver el 11 de agosto, una fantástica lluvia de estelas luminosas cayendo sobre la Tierra, erradamente conocida como “lluvia de estrellas”, pero que no es otra cosa que las partículas de un cometa que pasó hace poco cerca del Sol. Los restos de su larga cola entran en nuestra atmósfera, quemándose en el trayecto por la fricción con el aire, afortunadamente sin consecuencias. Este fenómeno particular se bautizó como “ducha de meteoros de Perseidas”, por verse provenir de la constelación de Perseo en el firmamento, a razón de un centenar de estelas por hora.

Aunque poco significativo en términos astronómicos, el hecho nos recuerda que la Tierra está bombardeada constantemente por meteoritos y restos de cometas, por fortuna objetos pequeños que son bloqueados por la atmósfera, pues si fueran asteroides podrían causar serios daños a nuestro frágil planeta e incluso extinguir algunas especies, como paso con los dinosaurios hace 65 millones de años.

La colisión planetaria
Otro fenómeno interesante reportado en agosto por los servicios noticiosos, aunque sucedió hace meses, es algo que parece de ciencia ficción: la colisión de dos planetas pequeños. Fue un raro evento que pudo ser detectado gracias al análisis de restos que orbitan una estrella ubicada a 100 años luz del Sol, visible en la constelación del Pavo. El sensible espectrógrafo del telescopio orbital Spitzer pudo analizar las radiaciones proveniente de esa nube de polvo, encontrando que contenía elementos como silicio, existente en el vidrio derretido en la Tierra, y que sólo pudo provenir de una colisión de dos cuerpos planetarios, que se estimaron tan grandes como la Luna y Mercurio, con el primero siendo desintegrado por el calor.

El hecho ilustra lo que probablemente sucedió en nuestro sistema hace unos 4 millardos de años, cuando se formó la Luna al chocar un planeta del tamaño de Marte con la Tierra. En fin, agosto resulta ser un mes con interesantes eventos para los aficionados a la astronomía, una ciencia siempre más apreciada ya que puede dar luces sobre nuestros orígenes cósmicos y hasta predecir el futuro del universo, un tema nada trivial para los terrícolas, aunque no nos afecte de inmediato.

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