Una conducta absolutamente irresponsable
Mientras lamentablemente me veo obligado escuchar más al irresponsable bolchevique criollo, más me convenzo estar ante un vulgar habla paja, como los llama nuestro pueblo, que cree saberlo todo, sin de nada saber, y de quien considera estar sobrado en sus infelices ideas, cuando no acierta siquiera a convertir en plausible proyecto alguno de sus disparatados pensamientos, y lo peor es que actúa y ejecuta de ese modo lo que le pasa por la cabeza sin darse cuenta de las mentiras que usa como argumento ante ese pueblo inculto que todo se lo oye sin discutir ni analizar nada, porque resulta en su mayoría de tan bajo intelecto racional, como su infeliz conductor.
Hablaba con los gobernantes de los países del grupo de “petrocaribe”, haciendo gala de los posibles planes que los ayudarían al cambio y del descabellado proyecto de venderles fiado combustible y aportarles recursos para planes de desarrollo y proyectos presentados por sus dirigentes sin sustento racional alguno.
No obstante hablar de las actuales dificultades para poder acompasar el compromiso contraído de entrega de fondos, por la desgracia de la baja del petróleo, sacando Ud. sabrá de donde lo que no tiene para apoyar tan descabellados proyectos, pero seguramente pensando poder hacerlo haciéndolo de lo que en justicia y en derecho correspondería destinar al pueblo venezolano en cualquier proyecto por descabellado que fuera si de alguna manera beneficiara al conglomerado nacional, no solo insistió en ejecutar y llevar a cabo aquello para con lo cual no cuenta con recursos necesarios ni suficientes, sin tomar en cuenta siquiera si ello pudiere o no de alguna manera mitigar de alguna forma las necesidades propias.
Quien así actúa, y propaga como mensaje el amor que le tiene a esta patria y a su pobre pueblo, no se toma siquiera la molestia de graduar las necesidades que tenemos en el suelo patrio, ni ordena las previsiones que merecen atención para evitar desgracias y desventuras con su propio pueblo.
Para mi, con todo y no tener siquiera idea de lo que son las necesidades presupuestarias, actuales y menos el reordenamiento de aquellas, luego de las necesarias previsiones que imaginamos deben haberse tomado ante la crisis financiera me resulta aborrecible e impensable que se prefiera destinar a fondo perdido combustible o su equivalente en efectivo nacional o divisas inexplicablemente, para de alguna manera paliar las necesidades de Haití u otro cualquiera de los territorios del Caribe, en lugar de destinar dichos fondos a cubrir o medio cubrir necesidades propias en Veneruela donde hoy imperan las carencias, desabastecimientos y falta de equipos y mantenimientos.
Y óigaseme bien no acepto como siquiera excusa impertinente, las razones humanas que amparan tales actos, pues cuando de necesidades se trata, debe primero por comenzar en casa la misericordia necesaria que aconseja preferir a los hermanos criollos, que los lejanos extraños al país.
Hacer labor de benefactor con bienes y riquezas del país, pero ante la miseria y necesidades que tenemos en la casa, es un acto no solo fuera de toda prudencia, sino contrario a la sensatez y al castizo refrán, que la misericordia comienza por la casa y luego sigue en la ajena.
Aun para cualquier infeliz insensato que nada conociere de economía, no tiene que ser genio para darse cuenta de que poco importa lo que se le destine a incapaces e indigentes vecinos, cuando sabemos que la condición de ellos como potenciales mercados o consumidores en nada ayudan el factor económico que pueden representar para el futuro, y menos si con ello se exigen adicionalmente sacrificios al pueblo venezolano, siendo meras quimeras imaginar que el día de mañana pueden cambiar las cosas.
Somos antes los ojos del resto del mundo unos infelices, que sin tener como siquiera mitigar nuestras necesidades andamos dispendiando lo que pudríamos darlo a nuestro propio pueblo, cuando menos para hacer más llevaderas las cosas, sin hacer o conocer mas nada.
Pero repetimos, la culpa no es del empecinado loco insensato quien ejecuta atrocidades, a diestra y siniestra, sino de quienes irresponsablemente le han dado su apoyo y lo mantienen en el poder.
