Venezuela: hacia la edad de piedra
No fue a la «décadas de plata y oro» a donde nos condujo el régimen de Chávez, sino la «edad de piedra». Muy pocos países en muy pocas oportunidades han retrocedido tan aceleradamente, como la Venezuela del «proceso bolivariano».
El notorio general (%=Link(«http://members.aol.com/USAHeroes/wcw1.htm»,»William Westmoreland»)%), jefe de la fuerzas militares de EEUU en la guerra de Vietnam, alguna vez declaró que su tarea sería «bombardear al enemigo hasta la edad de piedra». No se le puede regatear que trató de hacerlo, aunque al final su bando perdiera la contienda.
En nuestro caso, el presidente Chávez no ha necesitado de bombarderos B-52 y de toneladas de napalm para producir un resultado devastador. Cuatro años después de su arribo miraflorino, Venezuela está por los suelos y los pronósticos de recuperación son, en el mejor de los escenarios, reservados.
El pasado fin de semana se hizo público un estudio preparado por Klaus Nusser, asesor mayor de planificación de Pdvsa, que explica los aspectos más resaltantes de la regresión socio-económica causada por la llamada «quinta-república».
Entre 1999 y el 2002, 900 mil venezolanos perdieron sus puestos de trabajo: una cifra ligeramente superior a la oficial del INE (antigua OCEI), según la cual el aumento de la tasa de desempleo pasó de 11,5% (1998) a cerca de 17% (finales del 2002).
Así mismo, el informe del Dr. Nusser demuestra que hace cuatro años el ingreso mínimo, en términos reales, se ubicaba en 177 dólares mensuales, mientras que ahora (con casi un millón de nuevos desempleados) se sitúa en 137 dólares. Una disminución de 23% en el cuatrenio chavista.
El estudio también revela que «por cada 100 venezolanos que han ingresado a la fuerza de trabajo en los últimos cuatro años, 83 están desempleados, o en el sector informal y sin seguridad social». Por otra parte, el producto interno per capita (es decir, el valor de todo lo que Venezuela produce dividido entre el número de habitantes) se redujo en 17%, desde 1998 hasta hoy.
Este informe de Pdvsa coincide con otras investigaciones serias y rigurosas, como las del «proyecto pobreza» de la UCAB, entre cuyas conclusiones destaca que durante el régimen de Chávez más de dos millones de venezolanos salieron de las clases medias para entrar en la pobreza.
Lo más grave de estas realidades es que han ocurrido en medio de un boom internacional de los precios del petróleo. De acuerdo a la data oficial del Banco Central y al estudio de Nusser: «Venezuela recibió 89 millardos de dólares por exportaciones petroleras entre 1999 y 2002 (41% más que en el período 1995-1998), lo que permitió elevar el gasto público en 46%».
Sin embargo, el aumento de recursos se tradujo en una involución peligrosa y general. Un verdadero anti-milagro. Por cierto que si bien el paro, y en especial su aspecto petrolero, afectan sensiblemente el comportamiento económico, es obvio que se trata de efectos y no de causas de la debacle nacional.
En nuestra trayectoria de desarrollo, en vez de avanzar al siglo XXI estamos retrocediendo a «la edad de piedra». Una razón principal para continuar luchando por la superación duradera de la actual hegemonía.
