Opinión Nacional

VENEZUELA: Más Allá del bien y el mal

Aleksandr Solzhenitsyn una vez escribió: “Ojalá hubiera personas malvadas en alguna parte cometiendo insidiosas acciones malvadas y solo fuera necesario separarlas del resto de nosotros y destruirlas. Pero la línea que divide el bien del mal atraviesa el corazón de cada ser humano. ¿Y quién está dispuesto a destruir un trozo de su propio corazón?”

Sería tan sencillo si pudiéramos separar a dedo los malos de los buenos. Si una suerte de revelación milagrosa nos indicara los inicuos de los virtuosos. Hacer justicia, generar riqueza, fomentar paz, cimentar la democracia; serían tareas sencillas, casi ordinarias. Pero el hombre, es su contradictoria potencialidad, tiende a oscilar entre ambos. Hoy en Venezuela, en un maniqueísmo absurdo, en una pintoresca fantasía, dividimos, a lo Dante, el cielo y el infierno nacional. Pero la realidad política no es simplemente el análisis tecnocrático del marco de la ley, o la interpretación de logaritmos matemáticos de la economía, o la opinión generalizada o el voto mayoritario. La realidad política es el esotérico retrato de una persona sin facciones- cuyas muecas debemos percibir de elementos que son ajenos a nuestras propias realidades-. De allí que nadie puede pintar ese retrato en su totalidad. Se necesita de la brocha de muchos pintores y el uso de los más diversos colores.

Por eso, la voluntad política no es negociar al bien superior por el mal menor, o el relajamiento de los valores éticos. Voluntad política es el afán interior, cívico, humilde y bondadoso de querer entender al otro en su cotidiana realidad; y en ese entendimiento buscar entrelazar puentes que forjen caminos comunes y causas mancomunadas. No puede existir unión nacional si no buscamos entender los miedos de los distintos grupos políticos; si no entendemos a que le teme el partidario de Chávez y a que el de la Oposición. Esa falta de comunicación nacional hace que constantemente dejemos que nuestros líderes nos ilustren como grupos antagónicos. “Quien apoya a Chávez es malo y rencoroso” “Quien apoya a la oposición es rico y golpista”. Frases que explican la demagogia que nos anuda al mutuo odio y resentimiento. Ojalá y unos fueran los malos y otros los buenos; nuestros dilemas serían tan sencillos. Pero si no entendemos al prójimo en su realidad política nos condenados a separarla entre el bien y el mal (los buenos de un lado y los malos del otro)- en esa afrenta se pierde la energía vital y creativa para crear un verdadero proyecto nacional. Es menester que busquemos a todas luces salir del juego suma cero que implica sacar o no a Chávez. Es hora de que nazcan vías alternas, llenas de vida política para la nación, de unión, de trabajo conjunto, de aceptación recíproca. Cuando se planteen esas vías, la energía política fluirá con fuerza hacia ellas. Todos los casos mundiales de superación de la miseria desde Alemania y Japón de la posguerra, hasta Singapur, Taiwán, Corea del Sur y España etc., han confluido en esa lucha las fuerzas de la unión y el entendimiento nacional. Cuando un grupo solitariamente quiere dominar a un país su único recurso es la fuerza bruta. En Venezuela no debemos estar entre el bien y el mal, sino más allá de ellos.

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