Votar
Cuatro acepciones registra el DRAE del verbo votar: “Dicho de una persona: Dar su voto o decir su dictamen en una reunión o cuerpo deliberante, o en una elección de personas. || 2. Hacer voto a Dios o a los santos. || 3. Echar juramentos. || 4. Aprobar por votación. (…)”. Correlativamente, el sustantivo voto se define, entre otras cosas, como “Expresión pública o secreta de una preferencia ante una opción”.
La acción de votar es consustancial con el sistema democrático, y se vincula con el carácter alternativo del Gobierno, también definitorio de la democracia. En los países donde esta funciona el acto de votar es rutinario, pues periódicamente la gente acude a las urnas electorales para elegir sus gobernantes y sus legisladores en las esferas municipal, estatal o provincial, y nacional.
Aparte de ese ejercicio político del voto, se acostumbra también votar en muchas otras actividades, no necesariamente políticas. Las sociedades civiles, de cualquier clase que sean –mercantiles, culturales, académicas, estudiantiles, deportivas, religiosas, etc.–, emplean también el voto para elegir sus directivos. E igualmente se acostumbra votar en las asambleas de todo tipo, cuando hay que tomar decisiones que deban ser acordadas por todos los asambleístas o por la mayoría.
El verbo votar es originariamente intransitivo, es decir, se usa sin complemento directo, y así lo registra el DRAE. Sin embargo, en los últimos años se ha venido imponiendo un uso de dicho verbo como transitivo, especialmente en su empleo dentro del mundo de la política. Hoy es frecuente oír expresiones como “Yo voté a Fulano”, en el sentido de que se emitió el voto a su favor. En esta construcción el verbo lleva complemento directo (la cosa votada: “Fulano”). Entre nosotros lo tradicional es decir, con la forma intransitiva del verbo, “Yo voté por Fulano”, pero, aunque esta construcción se mantiene como mayoritaria, cada día se oye o se lee con mayor frecuencia aquella forma transitiva. Esta, hasta donde se me alcanza, nos viene del sur, creo que especialmente de Argentina.
Sin que nada tenga que ver con la primera acepción, la segunda y la tercera registran usos muy peculiares del verbo votar, como sinónimo de blasfemar: “echar votos” equivale a proferir improperios o maldiciones.
A diferencia del verbo votar, el sustantivo voto tiene una gran riqueza semántica. Más adelante hablaré de este sustantivo.
Votar deriva del vocablo latino votare.
