Voto por derecho
En el Día del Panamericanismo, dedicado a exaltar hermandad entre los pueblos, génesis de la Organización de Estados Americanos, Venezuela con elección directa, universal y secreta escogerá su nonagésimo segundo Presidente.
Dicho sufragio se dio por primera vez en el siglo XIX. Lo consagró la Constitución de 1858 -sexta de la República- y en su ejercicio resultó electo, el 10 de abril 1860, Manuel Felipe de Tovar. Luchador contra el predominio militar obtuvo el 87.2% de votos, pero renunció a trece meses obligado por «obstáculos de todo género». Solo se repitió con Joaquín Crespo en 1894 e Ignacio Andrade en 1897.
Nueva restitución la registró el siglo XX con otro ilustre civil: Rómulo Gallegos. Fue electo con amplia mayoría del 74.4% de los votos, incluido el femenino, conquistado el 15 de febrero de 1948. Un golpe militar lo depuso a los nueve meses y se impuso una dictadura de diez años.
Con la actual centuria se inaugura lo que la vigente Carta Magna califica «de una nueva cultura electoral». Consagra con plenas garantías el Poder Electoral establecido por la Constitución que el Libertador redactó para Bolivia.
Ahora fue creado como rama del Poder Público, cuyo órgano es el Consejo Nacional Electoral (CNE) llamado a establecer bases, mecanismos y sistemas que garanticen advenimiento del ideal democrático. Independencia, autonomía, despartidización, participación, descentralización, transparencia, celeridad de votación y escrutinio, son sus normas.
Fundamental es el voto como un derecho, más que deber. Llamados estamos a ejercerlo conscientes el domingo, que a decir del rector Vicente Díaz permitirá al CNE redimirse de las decisiones «abusivas, injustas y desequilibradas».
