Opinión Nacional

Vuelo y rastra de poetas

En “Balada del preso insomne”, Leoncio Martínez plasmo su cansancio y hastío respecto al militarismo y la dictadura en Venezuela. La visita de los rectores del CNE, comisarios que nos ponen los grillos y cadenas, a mi ciudad evocó en mí el asco y los versos del poema. “Estoy pensando en exilarme, en irme lejos de aquí a tierra extraña donde goce las libertades de vivir”. Y pienso en los presos políticos; que repiten la historia de Leo de “Por adorar mis libertades, esclavo en cadenas caí”.

Todos los que han seguido el consejo errado ya los persigue el recuerdo de “… el claro sol de mi país.” Me sorprende la fallida esperanza de Leo cuando vuela y termina el poema creyendo que ya muerto y en estos años del nuevo siglo ya Venezuela seria un país libre. Se vuelve a equivocar cuando reza:
“Y ya muchos años mas tarde, muy cerca del año 2000, mis nietos releyendo las fechas de mi muerte y cuando nací, repetirán lo que a sus padres cien veces oyeron decir: – ¡y le darán cierta importancia! – >> el abuelo no era de aquí, >> el abuelo era un exilado, >> el abuelo era un infeliz, >> el abuelo no tuvo patria… ¡Y ellos si!

“! Ay, quien sabe si para entonces, ya cerca del año 2000, este alumbrando libertades el claro sol de mi país!”

Leoncio Martínez hubiese sido un poeta enfrentado al proceso bolivariano. Inmensa hubiese sido su rabia al percatarse que en estos años cercanos al 2000 persiste en Venezuela la autocracia y la insensatez del milico. Su furia la hubiesen conocidos poetas genuflexos como Isaías Rodríguez, Adelis León Guevara y Tarek William Saab y muchos otros que transitan el vuelo bajo de la rastra.

El autoritarismo blando, la primacía del grupo, la unión de los poderes del Estado en torno a un autócrata, la trampa electoral para legitimar un poder legislativo que estará constituido por “los niños cantores del proceso”, una FA postrada a una confederación de hecho con una dictadura feroz y sin futuro como la cubana, la imposición de un modelo inviable no legitimado y universitarios comisarios y poetas vasallos son algunas de las nubes negras que en estos años cercanos del 2000, no dejan que alumbren las libertades al claro sol de mi país.

Que nadie atienda el consejo del poeta que erró al exilarse y no se desanime por la fallida profecía. Aquí los únicos exilados van a ser esos que mantienen los nubarrones que impiden que brille el claro sol de mi país. Y mas pronto que tarde haremos buena la esperanza de Leo.

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