Y siguen ardiendo
“Yo vengo de donde usted no ha ido”, se ubica entre las primeras interpretación del cantor del pueblo venezolano Alí Primera, recordado como un ejemplo a seguir en cuanto a su dignidad, amor al prójimo, inclemencia ante la injusticia y firmeza en su propósito de conquistar una sociedad mas justa para todos. Bien dice esa canción: “En mi Patria al turista se le agrada la vista con las cosas bonitas de la Venezuela rica, pero a los cerros donde se rumia la miseria y se aleja la esperanza nadie los lleva; les esconden con vergüenza a la otra Venezuela, la Venezuela del pobre, la Venezuela sin razón, pero que existe señor”. Al igual que las cúpulas del pasado, hoy tratan de ocultar lo que sienten y aspiran los sectores populares, pero sobre todo sus insatisfacciones por la delincuencia, el desempleo, la corrupción y los malos servicios públicos. Cuando arden los cauchos por protestas en los barrios nos recuerdan “Tin marín que arda la candela…”
Lamentablemente la polarización política y el alimento de odios de parte de la alta esfera gubernamental y algunos sectores de la oposición; han motivado que algunos ciudadanos aborrezcan los hermosos sueños que inspiraron a hombres como Alí. Muchos gobernantes actuales han traicionado la causa por una mejor sociedad; puesto que sus prácticas son tan despreciables como la de las llamadas cúpulas podridas y mantienen prendido en llamas al país por las cuatro esquinas.
Utilizar las necesidades que sufre el pueblo durante años, en aras de manipular o presionar sus inclinaciones hacia políticas-electorales, representa uno de los actos más indignos que pueda existir. Por esta razón, considero que vivimos en uno de los gobiernos mas anti-populares que ha tenido el país; ya que mientras dan sendos discursos hablando del soberano, utilizan su necesidad con fines partidistas, endeudan la nación de manera descomunal, propician la quiebras de empresas nacionales y aumentan las importaciones, no existe autonomía en los poderes públicos, reprimen y encarcelan a sus oponentes políticos y una serie de irregularidades que buscan tapar con ciertas migajas que llegan a cierto sector de la población a través de las misiones.
La gente esta caliente y con sobrada razón, pregúntenle a los vecinos del sector San Diego que se siente vivir sin agua, o a los vecinos de Tronconal III que se siente navegar a diario en aguas negras y sin un mercado digno, que tal los vecinos de El Tigre, Anaco y Sotillo con los asesinatos y atracos que viven a diario, ni pensar en la vialidad agrícola de Mundo Nuevo y otras zonas rurales. Entonces si queman cauchos, trancan la vía y protestan en grupos, son guarimberos y golpistas. Los farsantes que nos gobiernan ni son revolucionarios, ni decentes, ni capaces. Son picaros de oficio que gozan con la miseria ajena y se ríen de nuestro dolor, se llenan los bolsillos con nuestros sueños y esperazas, y para colmo se quejan cuando ven arder los cauchos.
Economista